La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Podemos: pocos, pero divididos

Sánchez ha alineado a España con el mundo occidental y libre y ha puesto a UP ante el espejo de sus contradicciones

La decisión de Pedro Sánchez de enviar armas a los resistentes de Ucrania, tomada de un día para otro, tiene un gran valor político y unas consecuencias aún imprevisibles, pero, en cualquier caso, graves.

Su valor es doble. Por un lado, alinea a España por completo con el mundo occidental-democrático al que pertenece frente al desafío descomunal de Putin. Sin remilgos ni cataplasmas. Por otro, y esto es muy importante, hace sobre la defensa de la democracia una pedagogía que se echa de menos desde tiempos inmemoriales: la libertad no es gratis, la seguridad impone sacrificios (las sanciones nos empobrecerán), no podemos escaquearnos y que los aliados nos saquen las castañas del fuego. Una bomba imprescindible a una opinión pública instalada en la comodidad, la moral líquida y la conveniencia sin esfuerzo.

Las consecuencias derivan del hecho de que, una vez más, la posición de Sánchez es respaldada por la oposición y rechazada por parte de su Gobierno, pero en este caso en un asunto de tanta trascendencia como la guerra y la paz. Más que paradoja, hay contradicción insalvable. No ya dentro del Gobierno, sino dentro de Unidas Podemos. La vicepresidenta Yolanda Díaz -en teoría, la candidata a las elecciones generales- y los ministros de Consumo y Universidades -IU y Comunes, respectivamente- se suman a la ineludible obligación de las naciones democráticas de ayudar a Ucrania, mientras que las dos ministras de Podemos la rechazan en nombre de la paz. Bueno, de lo que queda de Podemos, que es apenas una carcasa sin estructuras territoriales, sin liderazgo y con menos escaños elección tras elección.

La pregunta no es cuánto tiempo durará este Gobierno, que será mucho, sino cuánto tardará la crisis de Unidas Podemos en estallar definitivamente. El último servicio que hizo Pablo Iglesias a la causa que tanto levantó, una vez eliminados todos los que le acompañaban en la histórica fotografía bautismal, fue designar digitalmente como sucesora en su rango a una persona que no ha militado nunca en el partido por el que será candidata y que no coincide en casi nada con las ministras Belarra y Montero y el portavoz Echenique, que tendrían que ser sus mayores defensores e impulsores.

Y una de las cosas en las que no coinciden es precisamente en si lo de Ucrania es una guerra en la que hay que proteger a las víctimas o un conflicto a resolver por medios diplomáticos. Un dilema dramático.

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