EL pintor de las gaviotas, como mucha gente lo conocía, nació en Punta Umbría y desde muy pequeño destacó por sus habilidades artísticas. De un trozo de madera viejo que se encontraba hacía con una navaja una pieza escultórica que llamaba la atención, luego con pincel pintaba algo y le añadía el trozo de madera que antes había modelado y, pegándolo, componía un cuadro que luego le gustaba regalar a sus amigos.

En vista de sus cualidades, sus padres pronto le pusieron profesores de pintura y fue Rosario Moreno quien le sirvió de guía desde muy joven y quien marcó en principio su estilo, un estilo muy peculiar de pintar que le acompañaría toda su vida, aunque quien más influyó en su pintura sin duda fue su amigo el célebre pintor José Caballero. Pero también recibió enseñanzas de los pintores José Luis Pajuelo y Roberto Reina y del imaginero Vergara Herrero y del pionero de la escultura moderna Manuel Echegoyan.

Es verdad que el paisaje de Punta Umbría ha sido fuente de inspiración para muchos puntaumbrieños y de ahí que hayan salido tantos y tantos pintores buenos de este pueblo, por citar solo a algunos, Lalo Perdigones, que pinta los bodegones como nadie, Antonio Cazorla, de renombre internacional, Tomás Cordero, vanguardista y muy cotizado, Viky Díez, acuarelista de mucha sensibilidad, Antonietta Ponzones, pintora de sinfonías de azules, Antonio Aguaded, pintor y tallista, Iván Morgollón, conocido artisticamente como Moralva, otro acuarelista consagrado y muchos otros, a los que habría que dedicarles a cada uno un capitulo.

Pedro decía en un pregón que pronunció anunciando los carnavales:

¡Madre ! ¡ Madre !

Yo no quiero ser pintor

¡ Quiero ser marinero !

¡ Que me pariste frente al mar

y mis primeros juguetes fueron

el agua y la arena de este río nuestro !

José Caballero decía que no había norma alguna para juzgar un cuadro, ni para criticarlo, ni para definirlo. No existen reglas para explicar un cuadro, solo hay que mirarlo y dejar volar la imaginación en libertad para pensar lo que se quiera.

José Caballero marcó toda una etapa en su vida.

Pedro formaba parte del paisaje de Punta Umbría, estaba tan involucrado en la vida cotidiana del pueblo que formaba parte de él, por eso Pedro era todo él Punta Umbría. Y aunque ya no esté con nosotros, nos ha dejado su legado bien presente en muchos lugares de este pueblo.

Visitar la iglesia de Santa María del Mar donde hay casi cuarenta cuadros de él, es todo un privilegio. Esta iglesia, a veces menospreciada en relación con las otras dos del pueblo por haber estado diseñada una por José María Pérez Carasa -la de Nuestra Señora de Lourdes allí en El Cerrito- y, la otra, por el célebre arquitecto manchego Fisac -la de la calle Ancha de la Virgen del Carmen-, no desmerece y yo incluso diría que es la más bonita. Fue diseñada por el arquitecto onubense Francisco de la Corte, con unas características muy marineras y con algo que la distingue de todas las demás, como es su pila bautismal a modo de piscina en el centro de la iglesia, aunque ahora esté tapada por una tarima de madera que un párroco colocó porque posiblemente quiso aprovechar ese lugar para colocar más asientos. Espero que no se tarde mucho en arreglar este lamentable error y otro párroco con más sensibilidad devuelva la iglesia a su estado primitivo.

Pues bien, una vez dentro de esta preciosa iglesia, uno podrá ver algunos cuadros pequeños alrededor de todo el recinto eclesiástico que pintó Pedro simbolizando el Vía-Crucis, pero además hay otros muchos cuadros en las paredes que son toda una preciosidad. Fíjense en un Cristo crucificado hecho todo él de madera de trozos de barco arrastrados por las mareas y encontrados en la misma orilla de nuestras playas.

Llama poderosamente la atención el altar principal, donde están representados los apóstoles, San Juan, San Pedro, San Pablo y San Lucas y en el centro Nuestra Señora del Mar, en cinco cuadros unidos que es toda una joya de la pintura.

Pedro Gil donó toda esta obra pictórica a la iglesia -es decir, al pueblo de Punta Umbría-, lo mismo que había hecho el bueno de Paco de la Corte, que regaló el proyecto de la iglesia. Si no conoce esta joya arquitectónica y pictórica, no se la pierda. Algún día, cuando pasen muchos años, seguramente apreciarán el valor de todo lo que aquí dentro hay.

Pedro ha sido muy generoso con su pueblo. Dejó todo su patrimonio artístico como donación al Ayuntamiento para que los puntaumbrieños puedan disfrutarlo y así el propio consistorio abrió una sala que lleva su nombre, donde están expuestas al público muchas de las cosas que él legó y por eso podemos deleitarnos con cuadros y dibujos de su propiedad que adquirió o le habían regalado pintores como: Daniel Vazquez Díaz, Eduardo Chillida, Antonio Saura, Salvador Dalí, Juan Genoves, Antonio López, Juan Carlos Castro Crespo o el mismo José Caballero. En esta sala, además de estas pinturas y dibujos hay piezas arqueológicas y miniaturas, pero no está todo su legado, hay muchas cajas en los almacenes que permanecen allí desde el primer día.

Gracias a la magnífica labor que hace el joven y culto guía turístico Angelberto Vega, esta sala del Centro Cultural Municipal, denominada Pedro Gil Mazo es muy visitada por los turistas que vienen de toda Europa a los hoteles de la localidad.

Hablar de los premios que obtuvo en vida, seria interminable. Por citar algunos, ganó el concurso del cartel de las Colombinas de 1971. También ganó el concurso del diseño del escudo municipal de Punta Umbría. Durante muchos años ganó el concurso del cartel de los carnavales de Punta Umbría, también de Mérida y de las fiestas de verano de su pueblo.

Su obra y sus murales se encuentran ubicados además de los mencionados de la iglesia Santa María del Mar, en la iglesia de Carmen y en la capilla de Lourdes, en la Casa de Cultura. De la cual fue el Director durante muchos años, donde además impartía clases de pintura formando a multitud de aficionados.

Pedro rebozaba puntaumbrieñismo por los cuatro costados. Fue pregonero de la Semana Santa, de los carnavales, de la romería del Rocio, diseñaba escenarios para las comparsas del Carnaval, tenía programas en la radio local Onda Punta Radio, y participó con exposiciones por toda España, Bilbao, Santander, Barcelona, Madrid, Cádiz, Badajoz, Huelva y por supuesto, Punta Umbría. Por todo lo mencionado en esta breve semblanza, el amigo Pedro es merecedor de formar parte de esta galería de personas importantes en la historia de este pueblo.

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