José A. / Vieira / Roldán

Huelva, siempre mariana

Que Huelva y su provincia son una tierra en la que se respira marianismo por sus cuatro costados no admite ningún tipo de dudas. Esta devoción a la Virgen se está refrendando con el anuncio, en los últimos días, de Coronaciones Canónicas a imágenes de gran devoción.

Cierto es que aquí, en Huelva capital, estos anuncios de coronaciones han reavivado, más si cabe, el deseo de los católicos onubenses en general y de los cofrades en particular, de que se comunique la fecha de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Victoria.

Este deseo de coronación es algo que se palpa en el ambiente, y no sólo entre los hermanos de la Victoria. Prueba de ello es que no hace muchas fechas, en una convivencia de las Hermandades del Miércoles Santo, tanto la Hermandad de la Esperanza como la del Prendimiento, entregaron a la Hermandad del Polvorín sus respectivas cartas de adhesión a la petición de Coronación Canónica de la Virgen de la Victoria.

Ya han pasado ocho años desde que se coronó la Virgen de la Esperanza y ahora, Huelva necesita y desea que su otra gran devoción mariana de la Semana Santa tenga ese reconocimiento eclesial. La Virgen de la Victoria, al igual que la Esperanza, posee la medalla de la Ciudad. La Iglesia debe también refrendar ese reconocimiento civil con el máximo reconocimiento eclesial a estas imágenes de tanta devoción en Huelva. La Esperanza ya fue coronada, ahora la Virgen de la Victoria espera esa Coronación. Es curioso, pero en pocos sitios como en Huelva se da el fenómeno de que un día de la Semana Santa tenga el apelativo de mariano, ni siquiera Sevilla, ya que la Madrugá sevillana no sólo es mariana con sus dos imágenes de la Virgen de la Esperanza, sino que también en la misma medida es cristífera. Pero en Huelva es diferente; el Miércoles Santo es eminentemente mariano, por ello y por la devoción que arrastran tanto la Esperanza como la Victoria, ambas deben estas Coronadas Canónicamente.

Los cofrades de Huelva tenemos que apoyar cualquier iniciativa en pro de fomentar la devoción a nuestros Sagrados Titulares.

Eso, aparte de engrandecernos como cristianos y como cofrades, nos fortalece en nuestra condición de onubense. Por eso ahora, debemos apoyar no sólo la Coronación de la Virgen de la Victoria, sino también las concesiones de las Medallas de Oro de la Ciudad tanto para el Señor de Pasión como para la Virgen de la Amargura. Hace unos años, en estas mismas páginas, escribí un artículo titulado "Pobres hasta para pedir". Pues bien, no seamos pobres para pedir y mucho menos para apoyar lo nuestro. Ahora nuestra Semana Santa goza de un esplendor impensable en otros tiempos. Hasta los más agoreros reconocen esta grandiosidad. Los logros de nuestras Hermandades deben ser motivos de alegría para todos los cofrades de Huelva, ya que nuestra Semana Santa será tan grande como nosotros queramos.

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