Debo reconocer que profesionalmente me siento afectado negativamente por la aprobación del Proyecto de Ley de Eutanasia, dada mi condición de médico. Podría inhibirme de hacer pública mi opinión mi opinión porque no tengo acción asistencial y, por tanto, no voy a verme en situación de ejercer los supuestos contemplados en tal ley. Pero me afecta, también en mi condición de ciudadano puesto que el procedimiento de aprobación seguido, aparte de inexplicablemente urgente, no ha tenido el debate social imprescindible, ni tan siquiera ese mantra anti-normas éticas, que pueden aprobarse con mayoría de votos. Y es que la evidencia nos dice que no se han tenido en cuenta la opinión de Instituciones: Colegios Médicos; Comités de Bioética; regates al Consejo de Estado y Constitución, confesiones religiosas varias… no, no voy a nombrar a quienes los más radicales pueden estar esperando para descalificar la argumentación del NO, a la eutanasia y que, también, sustenta mi opinión y a la que no renuncio.

Yendo al hecho, me gustaría decir que, una vez más, desde una posición estrictamente ideológica, se utiliza la confusión lingüística, pues si vamos a la etimología de la palabra, diremos que se define la eutanasia como "buena muerte", pero todos sabemos que ese no es el uso social de hoy día, al distorsionar los conceptos, que modifican el fundamento de la cuestión, para dirigirnos hacia lo que la OMS define como: "Acción médica que provoca, deliberadamente, la muerte del paciente", con lo que el objetivo no es la mejoría sino acabar con esa vida.

Estamos asistiendo a un ejercicio de oportunismo político contradictorio con el momento que vivimos. Proponer esto con decenas de mieles de fallecidos con los que ha habido nula empatía, ni con esos familiares sin opción de acompañamiento siquiera, añadiendo un plus de tragedia al propio duelo. Por ello, es inaceptable como muerte digna solo la de la eutanasia, argumentar autonomía, libertad… de decisión es desvirtuar la verdad y esto lo sabe la ponente Carcedo - médica, por cierto - que hoy ha colaborado al enterramiento de Hipócrates y del "curar, cuidar, consolar". Y la ponente, supongo, tiene ventajas respecto a una mayoría de diputados que han votado sin saber distinguir entre: eutanasia, distanasia u ortotanasia. Sin entender que no hay mayor dignidad que la aportada, paliativamente, de mitigar el dolor, de acompañamiento y cobertura de las necesidades físicas, psíquicas y espirituales, incluida la familia. Y si alguno apela al ¿"progresismo"?, le invito a retrotraerse en el tiempo, eso que tanto gusta de revisar la historia que indague qué pensaba en este contexto Largo Caballero, si me apuran, desde el paganismo en Roma, no se conoce su práctica, hasta la Alemania nazi: "muerte por compasión". Por tanto, ¿creen que el esfuerzo investigador con el COVID - 19, sería el mismo si en lugar de tres países, solamente, en la UE, la eutanasia estuviera despenalizad universalmente?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios