Finalizada la Cuaresma, y acortándose los plazos, tan solo nos queda ya... disfrutar. Disfrutar en cada jornada de nuestras cofradías, de sus olores, sus sabores…

Me gustaría destacar la denotada decadencia con respecto a años anteriores en la feria gastronómica. Tremenda decepción, ya que no ha sido exitosa, como habitualmente nos tienen acostumbrados. Bien es cierto que el listón en estos eventos gastronómicos lo dejó muy alto Gabriel Cruz: personalmente, en sus estados de Whatsapp, he podido comprobar que verdaderamente moría por los pestiños, por las torrijas, por los hornazos, por el arroz con leche... Es injusto no reconocer la implicación de Gabriel Cruz en este tipo de eventos. Por lo tanto, hay mucho margen de mejora para esta feria en años venideros.

Pero, a lo realmente importante. Él lo sabía y tenía anotada esta fecha en su agenda. En Semana Santa, él sabe que se coronaría y así ha sido: puerta grande de par en par para nuestro querido concejal de Cultura, Nacho Molina. Se corona, y no con la de espinas, concretamente. Creo que iniciaré recogida de firmas e iniciaré una campaña para que sea nombrado Concejal de Cultura perpetuo el día que Pilar no esté. Ojalá sea más tarde que pronto. Él ha tenido guardado el as en la manga y estaba plenamente convencido de que cortaría oreja y rabo. Y así ha sido: ha aumentado subvenciones al de los coquis, a la misma vez que a las propias hermandades, ha estado brillante como exaltador y, encima, ha engalanado el Consistorio para la ocasión, y de qué manera, ni más ni menos que al más puro estilo Vaticano.

Imagino que hoy sábado, previamente al desfile de la Legión con el Cristo de la Vera Cruz, Pilar Miranda y su inseparable Mariló se asomarán al balcón del Consistorio, perfectamente engalanado, para el rezo del Ángelus. Aprovechando su visita a Huelva, le ha encargado a Alberto Chicote que preparase una gran caldereta y un guiso de papas con choco para todo aquel que asista a recibirla al balcón y se quede harto, como el niño de los garbanzos de Paco Gandía.

Pero tengo la sensación, según los partes meteorológicos con los que ahora contamos, que me quedaré con las ganas de ver al equipo de gobierno de mantilla. Era para mi un verdadero aliciente la jornada del Viernes Santo, para contemplar en dicha procesión a mis Adela de Mora, Elena Pacheco... de riguroso negro. Todas ellas perfectamente complementadas con la calidad suprema de Rafi Moda. Sólo por ello merecerá la pena el desembolso de mi palco en la plaza de Las Monjas. ¡Disfruten!

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