Desconectados

El día que se presente uno en su escaño con chaqueta y corbata se lleva dos mil fotografías

Era de esperar. No hacía falta ser muy despierto para imaginar que llegaría este momento más pronto que tarde. La última moda es no tener Whatsapp, ni aplicaciones, ni galería, ni nada que se le parezca en el móvil. Un terminal pelado y mondado que sólo sirva para llamar y recibir llamadas y si acaso algún mensaje de texto. Cierto es que existían algunos héroes que habían resistido el tsunami de los móviles táctiles. Conozco tres : un empresario, un profesor de universidad y una religiosa. El empresario posee y regenta una empresa que mueve millones de euros al año y lo hace sin Whatsapp, sin Facebook y sin ninguna bobadita por el estilo. El profesor es destacado docente de una universidad andaluza, bien conocido en los ámbitos de su especialidad y cuya firma aparece de cuando en vez en el grupo de periódicos de esta casa. La religiosa, ni les cuento, mujer inagotable que lleva por delante una labor de esas que te abren las puertas del cielo con bandera, banda y música. La he tratado mucho y sabe ella bien cuánto me honro con su amistad. Al cielo sin Whatsapp, no es nada baladí. Bueno, también conozco de vista a un señor mayor que entra en este grupo, pero no sé quién es. Cuenta entre los resistentes porque es vecino de mi calle y lo veo subir y bajar todos los días con el móvil prehistórico colgado del cuello. Tampoco él sucumbió.

Pues nada, todos estos adalides de la resistencia están de moda. Más que resistentes habría que llamarlos héroes. Ahí lo tienen, ha llegado su hora. Como siempre, estos cambios de tendencia nos vienen de la gente instalada en el mundo del cine, de la música, de la literatura. Y es que en ese mundo hay una inacabable sed de llevar la contraria, de ser distintos, de nadar a contracorriente. Esto es muy sabido, pero por si teníamos dudas, no hay más que leer una reciente entrevista con el gran Tom Wolfe que siempre que lo ves va con un traje impecable cortado a mano, un chaleco y una corbata tan deslumbrantes que te deja embobado. Dice Wolfe una cosa muy contundente para no olvidar: "En determinados ambientes, si quieres impactar sólo tienes más que aparecer con corbata". Genial, maestro. Al leerlo pienso en estos diputados nuestros que van al Congreso en mangas de camisa, ya nadie se fija en ellos. El día que se presente uno, en su escaño, con chaqueta y corbata se lleva dos mil fotografías y quince o veinte telediarios. Así que ya sabemos, llevando la contraria a la moda acabaremos estando de moda. Ya lo dijo el maestro Cela: "En España el que resiste gana".

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