Siempre he estado convencido del peso político - social, sin olvidar el cultural, de Andalucía hasta el punto de tener un rotundo sentido personal de orgullo de pertenencia. Ahora bien, no podía imaginar - y mira que el personaje en cada intervención pública da pistas - que el descalabro "sanchista" en las elecciones andaluzas podrían llevar al Presidente Sánchez a tanto nivel de obcecación como para llevarle a un aumento de su radicalización antes que a ejercer con criterios de socialdemócrata y disputar el centro sociológico al PP aprovechando la debacle de Cs. Realmente, inconcebible salvo que tengamos la evidencia que no estamos más que ante un personaje con criterios autocráticos que convierte en temerosa a una militancia que, quizás, le sigue más por miedo que por convicción, hasta el punto de que algunos de los aplausos de su bancada parlamentaria recuerdan más a los de algunas repúblicas asiáticas que a los de una democracia occidental. Y comentaré someramente algunas cuestiones del "debate de reconciliación", le ha llamado alguno, utilizando sus propias palabras durante el mismo.

De entrada, hay que reconocer que alguien como nuestro protagonista, asentado en la ausencia de principios, ética, moral… y maestro de la utilización de la mentira, el bulo y la propaganda… adornado todo con un empalagoso egocentrismo, salvando lo que de patológico pueda tener, le conviertan en casi imbatible frente a adversarios que siempre frenarán en base a criterios éticos y principios irrenunciables, lo cual y ese es el error del líder "sanchista" no siempre tiene valoración demoscópica y, por tanto, traducción electoral en las urnas como Andalucía le ha demostrado.

Dice: "iré a por todas y me dejaré la piel…"; "me hago cargo…"; "aceptaré propuestas de todos, siempre que sean realistas…" ante la situación económica y de crisis para de inmediato, señalar a la pandemia y, sobre todo, a Putin como máximos responsables de la situación, olvidando que ya veníamos flaqueando antes de la guerra de Ucrania y que él afirmó en la misma tribuna que Rajoy salía muy caro a los españoles y señalando - que no crispa, no insulta, ni ofende - como erróneo el diagnóstico del "curandero" y diciendo que se debe "desconfiar de sus falsos remedios ante enfermedades reales". Muy valiente, sabiendo que no le pueden contestar en este debate y a continuación pone sobre la mesa, sin hacer la más mínima autocrítica, ni abordar medidas reales antiinflacionistas, señalando a los malos: empresarios y banca que sus socios quieren extender a las Corporaciones del IBEX35, con medidas que al final terminarán resintiendo el bolsillo de los ciudadanos, poque el "sobre beneficio de los malos, es peccata minuta" frente a la recaudación gubernamental.

Para finalizar, dos preguntas: ¿cuántas Propuestas de Resolución de la Oposición han aprobado? Dijo usted a la líder de Cs: "ETA, ya no existe". Objetivamente, sin acritud ni partidismo: ¿Franco, existe?

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