YA son cuatro. Huelva Información desvela hoy que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) trabaja en la redacción de un nuevo proyecto de construcción para la estación de AVE de Huelva tras descartarse sucesivamente las tres propuestas presentadas. Se trata, en esta ocasión, de un edificio funcional acorde tanto con las necesidades futuras de la ciudad como con las limitaciones presupuestarias por las que atraviesa España. Nada que ver con megalómanos edificios diseñados por arquitectos de prestigio hoy cuestionados, como fue el caso de la propuesta de Santiago Calatrava y su torre de 353 metros presentada en la Diputación Provincial (año 2007), ni con apeaderos "provisionales", modelo caja de zapatos, para salir del paso (2009). La intención anunciada ahora es construir una estación digna y sin alardes, diseñada por los técnicos del Ministerio de Fomento. Ahora bien, si la política consiste en atender las necesidades de los ciudadanos, la acción de nuestros responsables públicos en los últimos años respecto al AVE y el conjunto de las infraestructuras ferroviarias de Huelva merece un suspenso rotundo. La provincia no puede esperar ni un día más a que se mejoren sus conexiones por tren porque ningún territorio puede sobrevivir, desde un punto de vista social y económico, aislado de sus vecinos. Lo ocurrido con la estación de la capital es reflejo de la política de escaparate de una clase política ombliguista que solo ha pensado en el corto plazo de las elecciones de turno. A Huelva se le prometió que la alta velocidad llegaría en 1992, con la Expo de Sevilla, y aún sigue esperando. Esta provincia no puede continuar contando con una línea construida en el siglo XIX, con 123 km de recorrido -para salvar con una enorme curva la cornisa del Aljarafe- y con un tiempo de viaje de hora y media entre Huelva y Sevilla. Eso se traduce en falta de competitividad. No solo se precisa la nueva estación, sino la construcción de un nuevo trazado que permita la circulación de trenes más rápidos, ya sean de alta velocidad o velocidad alta. ¿Hay plazos marcados para ello en la agenda del actual Gobierno o esta nueva propuesta en torno a la estación es la escenificación de una nueva jugada electoral ante los inminentes comicios? Hay precedentes que nos llevan a desconfiar de cada paso que se da. Y una pregunta en el aire: ¿Qué destino se dio a los 2,3 millones de euros presupuestados para la redacción del proyecto básico adjudicado en 2011 al estudio de arquitectos de Rafael De La-Hoz?

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