Antonio fernández jurado

Cooperación, asimetría, multinivel

Desde aquella II Legislatura en Andalucía durante la que tuve el privilegio de representar a Huelva en el Parlamento Andaluz, aprendí - gracias al Presidente, Ángel López con claro criterio formativo hacia aquellos que tenían interés por saber más - a entender y conocer mejor el Título VIII de la Constitución y, en consecuencia, el Estado de las Autonomías. Básicamente, una especie de pre - federalismo que otorgaba, bajo criterios descentralizadores, una alta capacidad resolutiva - vía traspaso de determinadas competencias - en la gestión de los territorios correspondientes.

Dentro de ese cuasi federalismo y bajo una cierta tutela gubernamental de perfil socialdemócrata, definida por alguien como: "Cultura de izquierdas, política de centro y economía de derechas", se fue desarrollando el modelo que, en los seminarios parlamentarios organizados por la Cámara andaluza, identificábamos como muy próximos al "federalismo cooperativo" vigente en países de gran estabilidad política y potencia económica.

Fue pasando el tiempo y tras los acontecimientos del 92, soportados por todos los recursos disponibles de España, hubo quien comenzó a sentirse dueño del éxito olímpico y comenzó a plantear las "asimetrías" territoriales que poco a poco y por necesidades gubernamentales de los dos grandes partidos, fueron degenerando hasta llegar al famoso DUI del año 17 y todo lo que ha venido después.

Pero, hete aquí, que la socialdemocracia gubernamental ha decaído, aumentó la polarización social y para arreglar el desaguisado de la pérdida del concepto de representación estatal de algunos Presidentes autonómicos, se plantea la España "multinivel" que, en mi opinión, supera lo cooperativo e incluso asimétrico; sin embargo, me da la impresión que no fue más que el anuncio encubierto de la pretendida y expuesta "descentralización" administrativa para sacar de Madrid - el gran adversario del habitante monclovita - algunos organismos oficiales, bajo la coartada de que sean, sobre todo, los de nueva creación, ¿todavía más?, y bajo el señuelo de disminuir la centralidad justificar todo un montaje de ingeniería socio - política y no el aceptar, al igual que sus "socios", el éxito de gestión especialmente fiscal y de certidumbres por parte de los Gobiernos del PP madrileño.

No se consolida el Estado y menos el progreso de España, con socios cuyos máximos representantes del Estado español en sus territorios, pasan del Día de la Fiesta Nacional - al igual que algunos ministros - por eso, pretender descapitalizar Madrid y obligarla a cambiar sus políticas impositivas, por presión de los socios y colegas, no solo es un error mayúsculo, sino que debería ser lo contrario, coparlo para alcanzar con suficiencia las pretendidas "agendas 2030 y 2050".

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