Asunción de desigualdades

Los políticos son reacios a emplear la expresión agravios comparativos por razones no fundamentadas

En primera página, el titular de ayer de este periódico decía que los delegados de la Junta prometen que Huelva "dejará de estar olvidada". Pues nada, tendremos que responderles que muy bien, que estupendo y que ya era hora. Pero ¿será así? Ya veremos. Desde luego es de recibo darle un voto de confianza al nuevo Gobierno y dejar pasar un poco tiempo para emitir un juicio de valor sobre si dicha declaración de intenciones llega a cumplirse o no. En realidad, lo que hay detrás de una manifestación de esa clase es que se asume que existen desigualdades territoriales en inversiones y en otras medidas que son convenientes y necesarias. Con la frase utilizada se reconoce pero que no se dice tal cual. En general, los políticos son reacios a emplear esa expresión porque, por razones no fundamentadas, no gusta que se les tache de recurrir el agravio comparativo como denuncia de determinadas injusticias. Y esa reticencia no es comprensible porque los agravios significan subestimación y perjuicio; en definitiva, quebrantamiento de los derechos de unos mientras que se les concede a otros. Hay que ser realistas y verlos de esa forma, sin edulcorantes a través de un lenguaje menos descarnado. Es cierto que hasta la fecha los ha habido, tanto por el Gobierno andaluz como por el central y que han buscado los modos de enmascararlos para dificultar su detección. Por ejemplo, una práctica de la Junta ha sido la de no provincializar partidas en los presupuestos; con ella, no se puede conocer si se invierte más aquí que allí y si hay razones objetivas que lo justifique. A esto habría que añadir otra cuestión, en las décadas que llevamos de democracia, los delegados han sufrido una transformación notable. En un principio, aunque designados por el consejero o gobierno de turno, jugaban un papel más reivindicativo de las necesidades provinciales en lo que les correspondían y salían más a la luz pública para dar cuenta de sus actuaciones ante las demandas ciudadanas. Con el transcurso del tiempo, prácticamente, se han ido convirtiendo en una especie de funcionarios de empleo que gestionan y hacen lo que les dicen, sin iniciativas, y que, de vez en cuando, dicen unas palabritas muy generalistas en un acto público como representante institucional. Todo eso ha favorecido el clientelismo y ha significado no apostar por el equilibrio y la convergencia de todo el territorio andaluz. Apuntado lo anterior, a todos ellos les deseo buena suerte y les invito a que tomen nota de lo dicho.

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