En los vídeos de José Mota titulados Dices tú de mili, un señor mayor devana la sesera de todo cristiano que se pone a tiro de cetme con sus batallitas del servicio militar. A veces los interlocutores lo ignoran olímpicamente, otras corren despavoridos mientras el anciano los acosa con alarde de bastón de apoyo. La mili es un caso de bucle melancólico, término que acuñó Jon Juaristi para describir el victimismo y la invención de glorias pasadas del nacionalismo vasco (y cualquier otro). Se trata de narraciones de fenómenos románticos y hasta paranormales, que con alta probabilidad nunca sucedieron, al menos en la visión casi heroica y, en el caso de la mili, de anecdotario “corregido y aumentado”. El llamado “campamento” o periodo de “instrucción de reclutas”, es el marco legendario y mitológico más propio para ese proceso mental que hace que algo que nunca ocurrió –o no como se cuenta– acabe siendo creído por el viejo quinto a pies juntillas: con taconazo de firmes al saludar a la bandera, ar, o a un superior, a la orden.

Esta semana tres imágenes y sucesos me han recordado la mili, un periodo obligatorio que –para bien del Ejército– nunca volverá, al menos en tiempo de paz (por mucho que no falten quienes piensan que con dos mesecitos de instrucción militar se reduciría, en una edad propicia, el narcisismo que provocan las redes sociales y la dependencia 24/7 del móvil, y promovería los beneficios de mezclarse con todo género de compatriotas). La primera noticia me apeló personalmente, dado que tuve la gran suerte –toma bucle, dices tú de mili— de servir dos meses, agosto y febrero, en el Peñón de Alhucemas, plaza de soberanía a 700 metros de la costa marroquí, cuyo símbolo arquitectónico, la Torre del Reloj, ha sido derribada por Defensa. Un sargento, otro soldado y servidor trabajábamos como radioperadores en la casa bajo esa torre, y sobre un pequeño cementerio entre rocas donde había un “jardín de pulpos” como en el que deseaba vivir Ringo Starr. Incomprensible decisión, mi ministro. La segunda noticia es ver hecha soldado a la futura reina de España, si la investidura en curso no desencadena la radical entropía institucional que acabe en una III República, o acabe con España tal como es ahora. Ella ha hecho la mili, aunque sea cadete. Estaba preciosa, ¿micromachismo? La tercera noticia es la muerte de una soldado sevillana en un cuartel en el ataque sorpresa de Hamas. La primera noticia es romántica; la segunda, esperanzadora; la tercera derrama oscuros vaticinios sobre la paz desde Pakistán hasta Europa.

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