EL atentado frente a la sede de las tropas internacionales de la OTAN en Kabul es el último intento de los talibanes por desestabilizar un proceso de pacificación de Afganistán que el próximo jueves está convocado a un examen crucial en las elecciones presidenciales. Los insurgentes han utilizado en esta ocasión un coche-bomba conducido por un suicida que hizo estallar 500 kilos de explosivos, burlando las medidas de seguridad de las tropas estadounidenses, matando a siete personas y dejando a su macabro paso decenas de heridos. Sin embargo, ése no ha sido el único ataque perpetrado por los talibanes en las últimas horas, ya que el cuartel de las tropas españolas en la zona de Herat ha sufrido el lanzamiento de siete cohetes, sin que afortunadamente se hayan registrado víctimas entre el contingente de nuestros soldados. Se trata del segundo suceso de similares características en una semana, lo que viene a confirmar que los 1.200 solados desplegados por España en la zona están expuestos a un grave y manifiesto riesgo. El Ejército español ha padecido en carne propia, desgraciadamente, atentados letales de los terroristas afganos que han concluido con el regreso a España de algunos de sus militares dentro de un féretro. De hecho, la ministra de Defensa, Carme Chacón, considera que las tropas españolas que cumplen su misión en Afganistán se encuentran en estado de "alerta máxima", porque a nadie escapan las más que probables dificultades que van a rodear todo el proceso electoral. La comunidad talibán no quiere avanzar y ve en las urnas una locomotora que hay que sacar de la vía a toda costa, sea como sea. Y en esa tesitura, España, al igual que sus socios en la comunidad internacional, debe seguir jugando un papel fundamental en la zona para combatir la amenaza del terrorismo integrista y el tráfico de mundial de opio, tan vinculados, como apuntan todos indicios, el uno al otro. Como ha reconocido el propio Barak Obama, es imposible que EEUU pueda mantener en solitario un Estado amenazado por los señores de la guerra y dividido en facciones tribales. Por ello, Europa debe apoyar con más firmeza la reconstrucción de Afganistán. Y las elecciones del jueves suponen un paso adelante que hay que dar con toda firmeza . Los dos candidatos que con más posibilidades de ganar los comicios -Hamid Karzai y Abdala Abdala- no son los ideales, pero sí las alternativas más viables.

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