Yllega la hora de la verdad. Bendita locura la que gira alrededor del Decano. El renacer de un moribundo ha llenado de entusiasmo a su gente hasta provocar una situación extraordinaria de intensidad y vehemencia del recreativismo puro, la firmeza de salud para resistir y gozar. El equipo celebró el liderato en olor de multitud liberando el exceso de adrenalina y como un ensayo por si llega la apoteosis final del retorno al fútbol profesional tras acumular 12 temporadas en Segunda B.

El Recreativo llega con la credencial de 22 partidos sin perder y busca rematar el curso con su doctorado de sobresaliente cum laude frente a un duro opositor como el Fuenlabrada, que también concurre de aspirante con idéntico nivel de exigencia y méritos de un plantel experto en el propósito. Es la tercera población madrileña (200.000 habitantes), con 19 temporadas en Segunda B y después de tres play off seguidos frustrados. El tribunal que administrará justicia serán las dos finales que comprobará la enseñanza asimilada durante el duro trabajo a lo largo de nueve meses. El fútbol es el control de las dos áreas. Los candidatos van sobrados en el dominio de la parcela propia con los dos sistemas defensivos más fuertes de Segunda División B: Fuenlabrada 21 y Recreativo de Huelva 23 goles encajados, unas estadísticas identificativas de salida.

¿Pero, también serán las bases para el impulso de sus atrevimientos en un play off? Ambos asumen su organizaciones de estrategias de mirar antes lo que deja detrás para encubrir sus limitaciones de recursos ofensivos.

Cada gol a favor ha significado un alto valor de cotización y no cambiarán sus estilos por las exigencias, al menos hasta enjuiciar el desenlace de la ida. Aquí, en Huelva, sufriendo tanta penitencia, nos sobran los motivos para conseguir la grandeza del sueño. Sólo pueden ascender cuatro entre los 16 mejores de los 80 equipos de la categoría. Y ningún recreativista piensa en un revés.