La fascinante historia del Decano

El fútbol español se puso en venta desde que los clubes deportivos se transformaron en SAD como fórmula jurídica de gestión y se convirtieron en mercancías empresariales. El Recreativo pasó de una vida de club de esencia sufriendo etapas de embargos a directivos y ruinas de negocios familiares a ser el Ayuntamiento su mecenas como protector. Las empresas onubenses con solvencias económicas nacionales no apostaron por la estabilidad del Decano, tampoco sedujo a la los ciudadanos en general.

El Ayuntamiento adquirió la mayoría de los títulos (97,38 %) a través de Huelva Deporte y la sociedad el resto (2,62%) y a la ampliación de capital de 5 millones de euros para hacer frente al concurso de acreedores no acudió nadie. Y la salida a concurso público de venta trajo a Víctor Hugo Mesa y su cabeza visible Pablo Comas con Gildoy España para un proceso de descomposición, sentencias judiciales tras la expropiación, el cartel de BIC desde 2015 como patrimonio histórico andaluz y nuevas cargas económicas municipales sin evitar el retorno de Comas.

Ahora, la entrada de G. S. Vael Management S. L. impulsa la inversión TS Capital Partners junto a otros accionistas minoritarios, entre ellos el argentino Marcelo Fígoli, dueño del Burgos, que disponen del 76,75 % validado por el CSD a falta de ser ratificada la compraventa ante notario. Otra fase de la fascinante historia del Decano entre oscilaciones de estados de ánimos y ansiedades de una afición que debe acostumbrarse a que el club de su vida es de capital privado.