Análisis

Manuel gómez Marín

El esperpento final con cargo de conciencia

El Recreativo se queda de luto, destruido, más arruinado y sumergido en la zona de desastre

Sólo quedan dos partidos para culminar el esperpento de un siniestro total a toda velocidad hacia la categoría más baja en los 132 años de vida, dejando los cimientos al descubierto de una estructura agrietada. Rendir cuentas y el examen de conciencia. La realidad de un comportamiento que no alcanzarán a comprender muchos integrantes de este colectivo de jugadores incapaces de concebir lo que significa el DECANO y lo que engendra. La mayoría se irán, algunos lo sentirán un corto tiempo, otros al pasar un mes recordarán 'mea culpa' sin golpes de pechos y su paso unos meses en el icono del fútbol nacional, pero la vida sigue ... hoy estoy aquí y mañana estoy allí. El tiempo lo borra todo, sin embargo el Recreativo se queda de luto, destruido, más arruinado y sumergido en la zona de desastre tras el comportamiento incontrolable, intolerable e inadmisible en el campo claudicando de sus obligaciones.

Ahora, en la despedida, lo más exigible en la fase de expiración de este ciclo devastador y terrorífico es la recuperación de la vergüenza y la dignidad. Un equipo fundido, hundido y vapuleado, junto a un Juan Carlos Pouso, un tercer entrenador estrellado, que nunca fue un revulsivo con su pizarra y con exceso de oratoria, maestro en dar consejos de futuro sin dar la talla en el presente, que no ha sido capaz de influir para el cambio de dinámica y que pasará a la historia de los técnicos siendo parte de la acumulación de la racha más infructuosa y perjudicial de partidos perdidos consecutivos en el rastreo de las estadísticas más visibles.

La decadencia en 12 años desde Primera a la quinta división. El duro trasvase termina este mes y queda por delante la resurrección del ABUELO emergiendo desde las catacumbas soportando una patología severa que ha alcanzado cierto grado de irreversibilidad y con la misión de romper con el pasado reciente más negro y caótico, de rabia y tristeza.

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