La afición es la dueña del hogar del Decano y vive con pasión lo que hace porque siempre está conectada a las necesidades imperiosas. Y la ocasión propicia ante el San Fernando tanta trascendencia que activa toda su inercia y fuerza. La afición inicia su partido dos horas antes poniendo su equipo de gala y abriendo el marcador para que "su" Recre aproveche la ventaja desde vestuarios y lo cierre en el campo soportando cada jugador el manejo del aliento en su cogote. Esto es un aperitivo de atmósfera de vehemencia como ensayo de final de curso si hay en liza un ascenso.

Y en tiempos de bonanza siempre brota la semilla de la recremanía con esos partidarios que se unen al recreativismo histórico para sumar. Bienvenidos a este desafío, pero que se queden después, que no chupen del bote, sino que guarden la fe, que sean constantes en sus afectos y que no defrauden en el cumplimiento de sus obligaciones. El Recreativo está robusto y saborea una racha increíble, todo le sale a pedir de boca en los momentos decisivos. Si echamos la vista atrás, el recreativismo puro de generaciones, entregado en cuerpo y alma, ha sufrido lo suyo teniendo el corazón en un puño hasta llevarse por delante a grandes aficionados cargados de angustia, tristeza y abatimiento.

Quedan 10 jornadas decisivas con cinco equipos partícipes en los mismos intereses, que no se pueden permitir un bajón de tensión y caer en retroceso. Este Recreativo revalorizado y cohesionado dispara su candidatura a consolidar el segundo puesto si firma la victoria ante su perseguidor más obstinado. No hay que olvidar entre tanta alegría intensa y festiva que el San Fernando acude a esta reválida de resistencia ratificando su regularidad y exhibiendo entereza con su capacidad de competir. Un partido de motivación extra que examina el control del equipo que mejor tolerará la influencia de la animosidad y el fervor de la grada.