Análisis

Juanma G. Anes

'The biggest small club in the world'

Hay un curioso perfil en Twitter, denominado Rekreativo Banja Luka, que pertenece a un grupo de aficionados bosnios cuyo escudo hace honores al de nuestro Decano. El lema de esa entidad que homenajea al club más antiguo de España le viene que ni pintado al Recre original: The biggest small club in the world (El club pequeño más grande del mundo). No me digan que no.

No podemos olvidar el pasado y menos cuando las toneladas de hormigón que se llevan en la mochila determinan los pasos que se dan en la actualidad. Lo provocado por el más inepto de los malvados y por sus parasitarios cómplices que aún pretenden sacar tajada de su 'maravillosa' gesta de casi liquidar al Recre (la historia no os olvidará nunca, criaturas, por mucho que lo intentéis) siguen ahí. Ah, y las resoluciones judiciales también, aunque alguna no guste y haya quien ni las nombre, como si no existieran. Allá ellos. Lo cierto es que este jueves se cumplirán cinco años de aquella manifestación -todo un éxito del Trust-, y en la que casi nadie creía; algunas palabritas sobre la misma de ciertos sectores cercanos al club daban vergüenza ajena. Aunque parezca que de eso haya pasado un siglo no es así. Aún cuesta que el Recre salga a competir cada año con normalidad pero ahí sigue, un mérito de todos: desde la propiedad pasando por el consejo, empleados y, por supuesto, la afición.

Por el decanato, por todo lo vivido y por todo lo conseguido desde ese 22-O, cuando la muerte parecía inevitable, éste debería ser el club humilde más grande del mundo en todo: en realzar su historia a pesar de los pesares, en cuidar mil detalles, en mimar a la grada, en velar por todos los suyos en general, en ser singulares y en destacar en lo que jamás destacaron otros. Ser modelo desde la humildad sea cual sea la categoría en la que se milite que, por cierto, ojalá la pizca de suerte de tener un árbitro con una maravillosa vista en Sanlúcar sea una buena señal para este curso, porque la carita que se nos habría quedado con ese tanto local al final hubiera sido de auténtico retrato. Hoy nuestro semblante es otro, uno que muestra más ganas que nunca de volver a ver al Recre a orillas del Odiel después de tanto tiempo. Ya era hora.

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