Análisis

Manuel gómez Marín

Recreativo contra Recreativo en su laberinto

Aquí abres un cajón y aparece una deuda; levantas una alfombra y surge otro problema

Escribir del Recreativo es un llorar sin pausas. La entidad lleva tiempo que necesita con urgencia la decencia en su gestión, la verdad en sus actos y dar motivos para generar la confianza con la firme seguridad en sí misma. Ahora, es como el título de aquella alocada película: Aterriza como puedas. Una compra de riesgos y aventura. El presunto interesado se topa con un presente cruel: no refleja su realidad, ni en el pliego de condiciones de su puesta en el escaparate de venta porque siempre está ausente la descripción del análisis detallado final que detecte la radiografía de su estado de salud y si, además, faltan las últimas revisiones y verificaciones de las cuentas y situaciones económicas... pues ya me dirán ustedes.

El Recreativo contra el Recreativo en su laberinto. Aquí abres un cajón y aparece una deuda; levantas una alfombra y surge otro problema; sales de paseo con la familia, te toca alguien el hombro: "Qué hay de lo mío". Y corres a tu casa asustado y te vas a la cama sin cenar, pero descubres otro acreedor que te espera debajo de la ropa. Cada vez que sufre la entidad un cambio brusco de gestión, la esperanza es que se quiten todas las dudas, que proyecte su transparencia. Pedir lo normal es exigir un imposible.

La confusión y el enredo no desaparecen. La buena predisposición inicial del Ayuntamiento y la mejor fe de una oposición receptiva, luego desengañada, en lugar de facilitar su viabilidad ha creado más conflictos desde la actitud defensiva del equipo dirigido por el alcalde yendo hacia adelante con maniobras en la oscuridad, y cuando se hizo la luz por encima del bien y del mal apareció las bases del inquilino Eurosamop, dueño y señor del destino del Decano, que impulsó todo tipo de hostilidades. La inversión para estabilizar el club deja a sus pretendientes bajo la psicosis de estar atolondrado, menos a Eurosamop. Si no hay claridad, no existen soluciones.

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