El Recreativo se presenta en Marbella a rebufo de buenas sensaciones. Dos inercias se juntan bajo presiones distintas el regenerado poderoso Marbella con 23 años de existencia y dueño del empresario chino Zhao Zhen con impulsos de grandeza frente a un Recreativo que defiende su dignidad de Decano nacional superando zozobras. El objetivo del ascenso es la satisfacción de ambos procesos: el marbellí con la acción y efecto de la ambición de poder y el recreativista como vía que acredita la continuidad de la narración de acontecimientos merecedores de su vasta historia.

El Marbella puso en el escaparate el cartel de sus deseos: "Soñemos en grande". Y en su arranque casero goleando al Marino (5-1) dio brillo al rótulo. Y de repente llega la opresión con la firma su peor inicio liguero tras su retorno a Segunda B en 2014 teniendo uno de los mayores presupuestos de la categoría, que conlleva disponer de una plantilla plagada de jugadores con experiencia en superior categoría (Granero, Callejón, Edu Ramos, Planas, Cordero, Añón) y un entrenador, José Manuel Aira, que ya conoce la exigencia y el éxito de subir con el Albacete, que maneja la situación con las dudas surgidas en el club.

El derbi es una incógnita: las urgencias del Marbella le obliga a una respuesta contundente y qué mejor rival que otro presunto aspirante. El equipo de Aira atrapado en sus reveses y una credencial que sólo admite el ascenso, es decir, serlo y parecerlo como favorito en el campo lo que exhibe en los despachos. Claudio Barragán presume de plantilla competitiva y unidad en el grupo tras su segunda victoria casera, ahora quiere que ese equipo reconocible en la primera opción de progreso ratifique que las miras son hacia arriba con toma de posesión. Al Marbella sólo le vale ganar y Claudio Barragán todavía no se ha estrenado fuera con el Decano. Los planes de ambos se diseñan, pero hay que ejecutarlos.