Es muy idílico eso de luchar siempre contra todo, ponerse cada temporada el disfraz de William Wallace, resucitar cuando te han dado siete veces por muerto y seguir caminando incluso sin piernas. Contar esas gestas es incomparable, sí, pero ya va siendo hora de que la normalidad, aunque sólo sea una cuarta parte de ella, se empiece a adueñar de una santa vez del Decano en el campo y fuera de él, porque esta calamidad no hay persona cuerda que la resista.

A la espera de que la junta de hoy empiece a abrir las puertas necesarias, y entendiendo que las cosas de palacio van muy despacio, lo que no es tan comprensible (ni creo que deba ser tan aceptable) es que el personal tenga que salir del estadio con la triste sensación con la que salió el domingo tras el duelo ante el Marbella. Dadas las circunstancias que han rodeado a este equipo desde julio se puede llegar a comprender que todos los rivales de la categoría toquen mejor la pelota, tengan más calidad arriba, abajo, delante y detrás, pero ese desplome de los de Pavón (y de Pavón) en lo mental y en lo físico del segundo tiempo desconcierta demasiado, como desorienta que los contrarios estén más vivos que tú en cualquier zona del campo con lo que nos estamos jugando. Nadie pide hacerlo como el Dream Team de Cruyff, pero las opciones de ganar no pueden pasar única y exclusivamente por el tiempo que le dure la inspiración a Miguelito. Muchos conjuntos -nuestros también- han sacado tropecientos puntos de faltas, saques de esquinas, voleones o saques de banda (¿recuerdan a Juanmi?), y no hace falta tener a Modric o a Iniesta para eso.

De pequeño no entendía que, con lo pobrecitos que éramos (para variar) y sin haber hecho nunca daño a nadie, unos y otros menospreciaran a mi equipo por pura diversión. Pocas cosas me repateaban más que escuchar esa cancioncita de las narices de los, por entonces, exitosos Hombres G, con la frasecita "es tan difícil que tú me quieras como que gane el Recreativo de Huelva…". Cada vez que la oía por la radio me acordaba del árbol genealógico al completo de los Summers. Ahora esa gracieta lleva demasiados años siendo una realidad. Que cambie esto pronto, por caridad…

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