Análisis

alfonso aramburu terrades

Arquitecto

Feliz convivencia

La ciudad refleja la calidad de las personas que la habitan. La limpieza, el nivel acústico, el urbanismo, la estética y un largo etcétera dependen del nivel educativo de los que en ella conviven.

La educación y el respeto son factores básicos para una feliz convivencia que se ve reflejada en los espacios públicos.

El Ayuntamiento de Huelva, a través de sus concejales Gaviño y Albillo, han publicado el jueves 18 en Huelva Información unas declaraciones en las que culpan a las cacas de los perros como el primer problema de suciedad y convivencia ciudadana.

Los vecinos nos hemos gastado un buen dinero en avanzar hasta la línea de calle tanto los portales como las puertas de garajes, por que las personas y no los perros han utilizado las entradas a los edificios para orinar, defecar, tirar basuras, vomitar e incluso mantener relaciones sexuales.

En los bancos situados en espacios públicos se puede encontrar de todo, latas, botellas, papeles, cáscaras de pipas y todo tipo de desperdicios, aunque junto a ellos existe una papelera, que no usan.

En algunas mañanas de domingo en la Plaza de las Monjas no se ven las baldosas del suelo porque está todo cubierto por desperdicios que han dejado personas, y no mascotas, a lo largo de la noche del sábado.

La empresa de limpieza no da abasto para recoger tanta basura que dejan los habitantes de Huelva, demostrando, de esta forma, que son los peores enemigos de nuestra ciudad.

En los eventos que organiza el Ayuntamiento, en esta Plaza de las Monjas, se instalan altavoces cuyos decibelios superan con mucho el nivel de sonido autorizado y que incluso hacen temblar los cristales de las ventanas.

También otros se dedican a hacer burdas pintadas, no sólo en fachadas y paredes, sino sobre esculturas, destrozan el mobiliario urbano, se queman contenedores y un largo etcétera, que rompe la feliz convivencia entre los onubenses y todo ello muy lejos de la suciedad que las mascotas dejan sobre las aceras. Por supuesto que es necesario que los dueños de perros se preocupen de recoger y limpiar el espacio ensuciado por sus mascotas, pero esta suciedad representa la milésima parte de la que dejan las personas.

La deseada feliz convivencia hay que obtenerla partiendo de una educación cívica que debe empezar en los colegios, seguir en la familia y en campañas que organice el Ayuntamiento.

No todo se arregla multando a los dueños de mascotas, porque este problema es mínimo comparado con la falta de principios básicos de convivencia y que por desgracia carecemos en nuestra sociedad.

Pido al Ayuntamiento, que organice ya un planteamiento de convivencia social a base de programas y campañas educativas que ayuden a respetar la ciudad y pueda existir una feliz convivencia entre los onubenses.

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