El Decano cierra el año 2020 entre dos juicios paralelos imprevistos por sus respectivos alcances: el renacer en los juzgados de la pesadilla Pablo Comas, que amenaza con remover sus cimientos progresando en sus reclamaciones, y en lo deportivo la interinidad prolongada de Claudio Barragán para darle espacio y un tiempo extra. Un beneficio de la duda recae sobre el técnico valenciano, que sigue con respiración asistida y con el cuerpo de una persona exánime por el soporte de un gran quebranto en su crédito. Todo señala la vuelta al túnel del tiempo.

A partir de ahora pendiente su "cuerpo de guardia" de restablecer la entrada y salida del aire. Un equipo de un barrio humilde de Las Palmas de Gran Canaria, debutante en Segunda B y con nombre de cooperativa agrícola de aceite, le dejó grogui y a la intemperie sobre la lona sintética de su campo. La entidad rodeada de embargos y con problemas de liquidez diaria le envía el servicio de urgencia de protección, auxilio o favor a través del lenguaje diplomático envuelto en ultimátum en lugar de la comunicación por escrito.

El Decano es el Decano en Primera, en Segunda, en el pozo de la Segunda B o en la categoría que sea. Este honor simboliza una distinción traje consigo el sello del prestigio (Eusebio Ríos, Caparrós, Alcaraz, Marcelino) o queda la estampa grabada del fracaso de otros responsables asociados a un banquillo eléctrico elegido para salir al frente de algún desafío. El Recreativo es el Recreativo como término de referencia y el Nuevo Colombino tiene su peso específico que transmite su titular y que provoca la estimulación para cualquier rival.

Claudio Barragán sabía dónde venía por oídas y en este tiempo es consciente de manera presencial de las duras exigencias que imponen la historia y la magnitud de la partida de nacimiento del fútbol español para bien y para mal, en el delirio de grandezas o en la ruina económica.