Ante tanta calamidad uno no sabe ya qué plasmar aquí así que vayan, de nuevo, mis disculpas por delante. Se intentó dejar este espacio en blanco pero no accedieron los que mandan, por lo que trataremos de rellenar con algo de sentido -si es que alguna vez lo tuvo- esta Platea.

En días como estos siempre me acuerdo de aquello que una vez le oí a mi madre hace varios lustros: "el Recre es como un hijo problemático" -yo añado hija, hije, hij@ e hijx, no se vaya a molestar cierto premio Nobel andante-; cada año nos da 2 días alegres y 363 horrorosos; si es año bisiesto, la jornada de más también es horrenda. Por eso estamos tan encima de él y disfrutamos tanto sus breves triunfos. Al hilo de esto, y tras escuchar a ciertos mandatarios, cuidado con tomar a esta sufrida afición como un conjunto homogéneo de personas de paciencia infinita. Aquí se ha destacado siempre por mostrar un cariño y un apego inconmensurable al Club cuando el Decano se moría o cuando lo querían matar; ahí surgía siempre Huelva al rescate pero ojo, que la grada también ha castigado gestiones deportivas injustificables. Hay quien da por hecho una respuesta masiva para el curso que viene pese a la histórica hecatombe deportiva y yo creo que hay que ser muy comedido con esto. ¿Serán muchos los que no abandonen? Evidentemente, pero otros tantísimos fieles hastiados ejercerán su voto de castigo en forma de no renovación de abono aunque, eso sí, estoy seguro de que volverán en cuanto el Recre les ofrezca media alegría, ya sea en Quinta o en Novena.

Llegará el día en que, aun en lo más bajo jamás vivido, nos volvamos a juntar diez, quince y hasta veintidós mil locos en el Colombino y se batan todos los registros en esas categorías porque el viejo Recre, aunque duela, mueve en esta tierra más que otras mil cosas juntas, pero hay que darle medio caramelo al personal al menos. Estuvimos en el Bernabéu e iremos (ojalá) al Rodríguez Salvador -señal de que el equipo de la preciosa Cartaya ha logrado su objetivo-; lo de La Palma parece complicado y esperemos que el San Roque nos dé la gran noticia-, pero que allí, por entonces, los del césped ya no arrastren más el escudo albiazul, por favor… Que esta broma es insoportable.

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