Juan Ramón Jiménez, base de una generación poética brillante

El poeta Antonio Gamoneda, Premio Cervantes 2006, destaca las innovaciones del moguereño en la poesía española · Díez de Revenga subraya su paternalismo y el rechazo a las corrientes vanguardistas.

El poeta Antonio Gamoneda, a su llegada al aula magna de la sede de La Rábida de la UNIA.
El poeta Antonio Gamoneda, a su llegada al aula magna de la sede de La Rábida de la UNIA.
Javier Ronchel / Huelva

25 de octubre 2011 - 05:00

La figura de Juan Ramón Jiménez salió fortalecida ayer de la primera jornada del congreso Presencia de JRJ en los poetas del 27. El reconocimiento a su obra (la más importante del siglo XX), a su aportación innovadora y su papel fundamental para el desarrollo de la generación posterior, la llamada del 27, fueron puestas en relieve en el inicio del simposio que, precisamente, trata de arrojar luz a este respecto y rescatar la importancia del moguereño para la poesía española en el siglo XX.

El veterano Antonio Gamoneda, premiado con el Cervantes en 2006, y probablemente el poeta más importante de España en la actualidad, se encargó de dar la conferencia inaugural, La Segunda Antolojía, de JRJ, breviario para los jóvenes poetas. Lectura comentada de JRJ. Fue el análisis necesario para introducir la temática del congreso, ofreciendo los "fundamentos sensibles de la poética juanramoniana", que, como quedó patente, sin duda abrieron un camino para la poesía española del siglo pasado.

Gamoneda destacó el "pensamiento rítmico" en Juan Ramón Jiménez, y destacó, de hecho, el ritmo como "elemento generador de la poesía", más allá de la métrica, "que es la normatividad aplicada a la rítmica".

"Quizá Juan Ramón es el primer poeta que, de manera aplicada, sólida y verdaderamente positiva, coloca la rítmica como conducta del lenguaje interior, de pensamiento y palabra. No estoy seguro de si fue realmente pionero pero sí fue el primer poeta español en el que este aspecto se da de forma seria e importante", insistió. "Esto luego reaparece en gran parte de los poetas del 27, empezando por Lorca y Poeta en Nueva York".

Gamoneda confesó que se enfada "mucho cuando se habla de forma y fondo". "Eso es propio de los poetas malos, coger el pensamiento y ornamentarlo. Distinto es partir de la celebración rítmica que genera el pensamiento", dijo.

También dio su opinión sobre la constante obsesión de Juan Ramón Jiménez por revisar su obra, aspecto que comparte: "No se puede hablar de correcciones posteriores, sino de reescritura. Se hace necesario precisar, contextualizar en otro momento. Yo también necesito que los poemas antiguos estén vivos según mi conciencia actual".

En la exposición de Gamoneda quedó patente la importancia del ritmo y la musicalidad frente a la métrica, como uno de los nexos de unión entre el moguereño y la generación del 27. Posteriormente, en la del catedrático Francisco Javier Díez de Revenga, se puso en relieve la renovación poética de Juan Ramón, aunque también su rechazo a las nuevas vanguardias importadas de Europa.

Si el papel de Segunda antolojía poética quedó claro como fuente de inspiración para los autores del 27, Díez de Revenga elevó Diario de un poeta recién casado a la cumbre por su innovación: "Representa de forma más clara lo que hay que hacer en poesía, y también los aires más genuinos de la modernidad".

En este sentido destacó la introducción de la ciudad como parte de la poesía, y también el uso del verso libre, "que se consagra en el Diario, como uno de los cauces de expresión de vanguardia".

No obstante, JRJ mostró su oposición a las nuevas formas vanguardistas, el ultraísmo, el creacionismo y el surrealismo. "Animó a los jóvenes a innovar pero les dijo que ese era el camino equivocado. Trató de convencerles para tomar otro y al final se demostró que tenía razón. Esos movimientos no llegaron a nada", explicó Revenga.

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