Burdo disparate

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Burdo disparate

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'La daga de Rasputín'.- Producción: España, 2010.- Duración: 88 minutos.- Dirección: Jesús Bonilla.- Guión: Jesús Bonilla y Joaquín Andújar.- Fotografía: Juan Molina.- Música: Roque Baños.- Montaje: Miguel Ángel Santamaría.- Intérpretes: Jesús Bonilla, Antonio Resines, María Barranco, Juan Luis Galiardo, Carolina Bang, Antonio Molero, Carmen Vicente-Arche, Andrés Pajares, Fernando Conde

Jesús Bonilla tuvo algún eco favorable en la crítica con su película El oro de Moscú (2003), de la que hay una cierta distancia con ésta que ahora nos ocupa, más cercana a la astracanada grotesca y bastante zafia de Ellos robaron la picha de Hitler (2008), de Pedro Temboury. Es decir una de esas farsas intencionadamente provocadoras, infames y desaliñadas -incluidas sus dosis de repulsiva escatología-, cuyo propósito caricaturesco y paródico confía en un público complaciente que todo lo acepta con tal de reír. En este caso se recurre a un trío protagonista tan popular con la serie Los Serrano (2003-2008), como Jesús Bonilla, que además es coautor del guión y director, Antonio Resines y Antonio Molero. En la coproducción entra Tele 5, lo que habla ya del percal de la película.

El mismo Jesús Bonilla ha calificado La daga de Rasputín como "una comedia delirante", que aborda siete años después de su opera prima ya citada, de la que añade que ésta es "mucho más loca, disparatada y divertida", reiterando la presencia en la historia de algunos de los personajes principales de El oro de Moscú, dispuestos para entretener y, si es posible, divertir, a seguidores de este tipo de inventos, aderezados con algunos golpes ocurrentes e ingeniosos, los mínimos, a niveles de subsuelo. Una sucesión de gags que propende a lo más grotesco y en ocasiones sin el menor talento y más ambición que la de llevar a la pantalla una experiencia comercial con pretensiones exclusivamente taquilleras.

Hay una cierta querencia de Jesús Bonilla por lo ruso, que ya acreditó en su primera película y reitera ahora metiendo a Rasputín, el siniestro personaje desgraciadamente significativo y funestamente decisivo en la historia de Rusia de los primeros años del siglo XX.

Es precisamente la daga del que se conociera como el monje loco, de nefasta influencia en los últimos tiempos de la dinastía Romanov, una joya legendaria con superpoderes energéticos, forjada en el antiguo Egipto, la que tratan de encontrar Jacinto y Papeles, desventurados personajes que ya conocimos en la tan mencionada El oro de Moscú. El preciado estilete, que confiere poderes sobrenaturales a su poseedor será objeto de una arriesgada y burda aventura por parte de los protagonistas. Aseguran sus artífices que es la primera película que las autoridades de Rusia permitieron rodar en la Plaza Roja de la capital. Tal vez sea el único mérito de la película. Lo que nos temíamos: año nuevo, cine nuevo. No para el cine español.

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