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Berlín sube el tono y advierte a Washington que las escuchas en suelo alemán son delito

  • "El espionaje entre amigos y aliados no es procedente", reprochó el ministro de Asuntos Exteriores a EEUU. En 2010, Obama habría solicitado un informe completo de la canciller.

Berlín elevó hoy el tono de su respuesta ante el posible espionaje a la canciller, Angela Merkel, y advirtió a Washington que embajadas y diplomáticos en suelo alemán deben respetar la ley germana, que determina que las escuchas telefónicas son delito.

La cascada de informaciones sobre las escuchas al teléfono móvil de Merkel durante más de una década desde la Embajada estadounidense en Berlín, y con conocimiento al parecer del presidente estadounidense, Barack Obama, hizo reaccionar al titular alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle.

En un comunicado, el ministro subrayó que "en suelo alemán rige la ley alemana", una frase pronunciada ya por Merkel el pasado verano, pero dejó claro que esa máxima es válida para todos: "para alemanes y extranjeros, para ciudadanos y empresas, y también para diplomáticos y embajadas". Westerwelle, quien el jueves convocó al embajador estadounidense en Berlín -un gesto diplomático inédito entre los dos países-, confió en que Washington comparta ese punto de vista.

"El espionaje entre amigos y aliados no es procedente", recalcó antes de añadir que, como se está comprobando, esas prácticas además "son políticamente muy perjudiciales". El espionaje, agregó, "amenaza con minar los lazos" que unen a los dos países y concluyó: "No todo lo que es técnicamente posible es también políticamente razonable".

El comunicado se hizo público después de unas duras declaraciones del ministro del Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, quien resaltó en una entrevista al dominical Bild am Sonntag que "espiar es un delito y los responsables deben responder por ello", ya que supone violar la soberanía nacional.

Citando fuentes de los servicios secretos de Estados Unidos, esta publicación señaló que Obama fue informado de las escuchas por el director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Keith Alexaner, en 2010, no pidió suspender el programa y llegó a solicitar un informe completo sobre la canciller. Obama no obstante, según los medios locales, garantizó el miércoles por teléfono a Merkel que no tenía conocimiento del espionaje y que, de haberlo sabido, lo habría parado.

Con todo, Alemania ha anunciado ya que enviará en los próximos días una delegación "de alto nivel" a Estados Unidos para recabar datos de la Casa Blanca y de los servicios de inteligencia. Según el dominical, la NSA no sólo espió el móvil del partido que usó Merkel hasta el pasado mes de julio, como se había señalado hasta ahora, sino que llegó a pinchar el teléfono aparentemente seguro que empezó a usar este verano.

Y mientras desde la Cancillería se muestran firmes en su posición en España, uno de los 18 países que han sido espiados por EEUU según se ha sabido estos días, la posición de la Moncloa al respecto es bastante comedida por no decir muda.

Sobre la relación que a partir de ahora tendrá EEUU con Europa a raíz de este escándalo, el ex vicepresidente estadounidense Dick Cheney criticó ayer la actual política exterior de la Casa Blanca al afirmar que ha perdido "influencia" global y señaló que "los "adversarios ya no temen a EEUU". "Nuestros amigos ya no cuentan ni confían en nosotros, y nuestros adversarios ya no nos temen. Esa era la clave y la base de nuestra capacidad de influencia", declaró Cheney en una entrevista a la ABC.

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