La urna de bronce de La Joya: un hallazgo funerario excepcional de Tarteso en Huelva

Las piezas destacadas de la exposición ‘La Joya, vida y eternidad en Tarteso’

Una urna encontrada en la Tumba 1 de la necrópolis tartésica de La Joya destaca por ser de bronce, material costoso y atípico, en una forma común para cerámica, que eleva el estatus social del finado

La Joya reivindica Huelva como corazón de Tarteso: la gran exposición sobre un hallazgo único en el mundo

Urna de bronce de la Tumba 1 del yacimiento tartésico de La Joya (Huelva).
Urna de bronce de la Tumba 1 del yacimiento tartésico de La Joya (Huelva). / María Clauss
Clara Toscano-Pérez y Javier Jiménez Ávila

28 de mayo 2025 - 05:30

URNA DE BRONCE DE LA TUMBA 1

Datación: Siglo VII aC.

Material: Bronce. Dimensiones: 25 x 26 cm.

Origen: Tumba 1 de la necrópolis de La Joya (Huelva). Excavación: Hallazgo fortuito, 1945.

Dónde verla: Exposición La Joya. Vida y eternidad en Tarteso, Museo de Huelva (Alameda Sundheim, 13). Horario: De martes a sábado, de 09:00 a 21:00 y domingos de 09:00 a 15:00. Entrada gratuita.

En la ciudad de Huelva, durante los años cuarenta del siglo XX, se produjo un movimiento de tierras en la elevación conocida como Cabezo de La Joya. Como resultado, salieron a la luz diversos objetos antiguos, entre ellos vasijas y restos óseos, lo que permitió identificar el lugar como una antigua necrópolis (cementerio) de la época orientalizante, es decir, un periodo en el que los pueblos del sur de la península ibérica estuvieron muy influenciados por las culturas del Mediterráneo oriental, especialmente los fenicios.

Uno de los hallazgos más destacados fue una urna funeraria de bronce, conocida como parte de la Tumba 1. Aunque el hallazgo no se produjo en condiciones arqueológicas ideales, los estudios posteriores confirmaron su importancia. De la urna solo se conservaron dos fragmentos de su pared y unas sólidas asas de bronce, aunque actualmente se encuentra muy restaurada y se ha recuperado casi por completo su volumetría. Estas asas tenían forma ovalada y se decoraban con detalles llamados palmetas, típicos del arte fenicio. La urna había sido cuidadosamente martillada en láminas de bronce, y su diseño permitía compararla con ciertos modelos de recipientes ya conocidos.

Desde los primeros estudios, se notó que esta urna de bronce imitaba la forma de un tipo muy característico de vasija cerámica llamada “urna Cruz del Negro”, ampliamente utilizada durante el periodo orientalizante en la península. Este tipo de urna debe su nombre a una necrópolis cerca de Carmona (Sevilla), donde a finales del siglo XIX el arqueólogo George Bonsor encontró decenas de ejemplares.

Aunque originalmente se pensaba que las urnas Cruz del Negro eran exclusivas de las comunidades indígenas hispanas, los hallazgos en lugares como Mozia (Sicilia) o Cerdeña han demostrado que esta forma tiene raíces fenicias. Esto sugiere que los fenicios la introdujeron en la península, donde fue adoptada por las poblaciones locales. De hecho, estas urnas han aparecido en enterramientos tanto indígenas como fenicios (como sucede en Ayamonte), mostrando que ambos grupos compartieron prácticas funerarias similares.

Detalle de palmeta decorativa en las asas.
Detalle de palmeta decorativa en las asas. / María Clauss

En la necrópolis de La Joya también se han encontrado versiones cerámicas de estas urnas, lo que indica que eran comunes en la zona. Lo que hace única a la urna de bronce es precisamente el material con el que fue fabricada. Mientras que las demás eran de cerámica, esta fue realizada en bronce, un material mucho más costoso y difícil de trabajar, lo cual sugiere que quien fue enterrado en ella ocupaba una posición social elevada.

Las incógnitas del hallazgo

Además, las palmetas decorativas de las asas se relacionan con los jarros de bronce fenicios, objetos normalmente asociados a personas de alto rango o incluso regias. Esto refuerza la idea de que el difunto enterrado con esta urna pertenecía a una élite social. Sin embargo, también plantea preguntas: si se trataba de alguien tan importante, ¿por qué no fue enterrado con un jarro exclusivo o con objetos más representativos del poder? ¿Por qué se optó por una forma común, aunque en un material valioso?

En resumen, la urna de bronce de La Joya no solo es un testimonio de las relaciones culturales entre fenicios e indígenas en el suroeste de la península ibérica, sino que también representa un caso excepcional que nos ayuda a comprender mejor cómo estas comunidades mostraban su identidad y jerarquía a través de los objetos funerarios.

Urna de bronce de la Tumba 1 del yacimiento tartésico de La Joya (Huelva).
Urna de bronce de la Tumba 1 del yacimiento tartésico de La Joya (Huelva). / María Clauss
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