Alejandra es humilde y habla de su proyecto teatral como si su rostro no fuera conocido por series como Hospital Central o Manos a la obra. Pelea por él con todas sus fuerzas, con una ilusión que la llevará adonde ella quiera. El teatro es su pasión, su vocación, su vida.

-Ha creado, junto a Ángeles Martín, la compañía 'Talía nos ayude Teatro'.

-Sí, la creamos en septiembre del año pasado.

-Curioso nombre.

-Significa que nos vamos a embarcar en esta historia de producción y, como compañía privada que somos sin ayuda y a pecho descubierto, nos amparamos en la musa del teatro, que es Talía. Que nos ayude ella, porque en estos momentos de crisis no se le ocurre a nadie (risas).

-Hombre, es arriesgado.

-Todo el mundo nos lo dice. Pero desgraciadamente en este mundillo no siempre tienes en la mano textos que te gusten tanto, con lo que te sientas tan identificada. Cuando esto pasa, pues hay que aprovechar, aunque haya crisis. Lo vimos claro.

-¿Cómo surge la idea de sacar adelante este proyecto?

-Surge cuando nos contrata Justo Alonso a las dos como actrices. Nunca habíamos trabajado juntas en escena. Estrenamos Y sin embargo te quiero en un teatro de Badajoz, puesto que el autor, Miguel Murillo, es extremeño y vimos que la reacción era muy buena. Y nos dimos cuenta de que la producción se iba a quedar en un cajón porque hay mucha competencia. Y Justo nos animó a seguir adelante. Creemos en este texto.

-¿Qué se va a encontrar el público que acuda esta noche a ver la obra al Gran Teatro?

-Una función muy humana escrita en un lenguaje aparentemente muy sencillo. Es teatro, teatro, sin trampa ni cartón. No nos amparamos en una escenografía rimbombante, no hay efectos especiales.

-Es la historia de dos mujeres que nacen en una clase social distintas pero cuyos caminos se cruzan.

-Ana, el personaje que hace Ángeles Martín, es el de una chica pobre que entra en casa de la señorita Rosa, que soy yo, a servir con 14 años. Rosa es una chica rica, hija de un terrateniente de Badajoz en la España de la República, pero que es huérfana de madre, se siente sola y se crea entre la gente del servicio, todos mayores que ella. Llega Ana y es un flotador, le da la vida. Crecen juntas, aprenden juntas. Cuando logran tener una amistad profunda, les estalla la Guerra Civil y cada una está en un bando. Y no por ideología, sino porque les toca lo que les toca.

-Es un drama.

-Tiene una primera parte que es muy tierna, muy poética, muy de comedia. Hay una escena con la que la gente se ríe mucho, y luego se encuentran con la parte triste, con las ausencias. Es una función donde se pasa por todo tipo de emociones: se puede reír, llorar y reflexionar.

-El espejo de la vida.

-Efectivamente. Lo que viene a decir la función es que en la guerra somos víctimas todos, que aquí hubo vencedores y vencidos, pero realmente el pueblo, unos con más, otros con menos, nunca sabe por qué estalla una guerra, está totalmente dominado por unos señores que no conoce y encuentra que les ha partido la vida en dos. Luego, lo que hay que hacer es reconciliarte y ser, ante todo, persona.

-Es un tema candente, lo digo por aquello de la recuperación de la memoria histórica.

-Sí, por eso tal vez esta obra conecta mucho con el público. A mí me atrapó. No fue, como se puede pensar ahora, que España se levantara un día y unos fueran todos rojos y otros todos azules. Pero la gente es mucho más inteligente que todo eso. Aquí se habla de la fuerza de la amistad y de los sentimientos, de que las ideologías no están por encima del amor de las personas. Es totalmente humano que las personas quieran saber dónde están enterrados los suyos.

-Y que no se repita la barbarie.

-Eso está claro y hay que dejarle muy claro a los políticos que no nos queremos ver en otra igual.

-Además, la obra gira en torno al mundo femenino: la mujer como doble víctima.

-En el año 30, las mujeres estaban sometidas absolutamente por los hombres. Ellas iban a remolque de lo que decidían los señores. Es un punto de vista muy interesante. Sufren todas las circunstancias políticas y el horror, además, del machismo.

-El título de la obra nos remite, indiscutiblemente, a la copla. ¿Hay música en la función?

-Sí. Hay coplas que se oían en un bando y en otro. El tema 'Y sin embargo te quiero' es la copla que da origen al título de la función. La música es de Arabia Martín, una cantante canaria de copla que puso la voz a Penélope Cruz en La niña de tus ojos y nos ha grabado a capela las coplas.

-¿Cómo es Alejandra Torray cuando no está trabajando?

-Muy normalita, de andar por casa. Soy bastante tímida, no estoy nunca en los saraos. Curiosa por naturaleza, me gusta meterme en muchos tinglados, escribir... Soy muy poco farandulera al uso.

-Haga una invitación al público onubense.

-Les digo que venga a vernos, que van a disfrutar. Además, después de la función nos gusta que vengan a saludarnos al camerino.