Entrevista | Basilio Marquínez, presidente de Seabery

“La tecnología no está aquí para sustituir, sino para complementar”

  • Seabery explora los límites de la utilización de la innovación en técnicas de enseñanza y aprendizaje

  • Hace unos días consiguió el Premio Pyme del Año en su categoría nacional

Basilio Marquínez en las instalaciones de Seabery con una mascarilla de realidad aumentada para soldadura.

Basilio Marquínez en las instalaciones de Seabery con una mascarilla de realidad aumentada para soldadura. / Josué Correa (Huelva)

Su empresa consiguió dos hitos cuando el Rey de España le felicitó por haber conseguido el Premio Pyme del Año; uno, ser la primera entidad onubense y andaluza en conseguirlo y el otro, todavía más importante, conseguir que el nombre de Huelva vaya unido al de tecnología e innovación, un campo casi inexplorado en la provincia y que comienza a dar sus primeros pasos. Seabery emprende un camino en el que todo suena a nuevo, con el vértigo de todo lo que conlleva un capítulo que nadie se atrevió a leer antes y que marca la senda por la que debe transcurrir no sólo su actividad, sino tal vez toda iniciativa empresarial a partir de ahora.

–Para gente no nativa digital, ¿cómo podemos explicar qué es la realidad aumentada?

–Eso es lo importante, no explicarlo bien, sino hacer que se entienda bien. La realidad aumentada no deja de ser una tecnología de visión artificial, es decir , imágenes que generamos por computador. Lo que hacemos es que esas imágenes, a la vista del usuario, las mezclamos con el entorno real, de tal manera que se ven ambos entornos.

–Ustedes, tengo entendido, van incluso más allá.

–Lo llamamos realidad transformada.

–Eso suena todavía más complicado.

–En la realidad aumentada podemos poner un jamón encima de la mesa a tamaño real. Nuestra percepción sería que hay ese jamón, aunque no existe. En la realidad transformada, esa imagen virtual no la ponemos de manera aislada, sino que la sobreponemos sobre un objeto físico, de la manera que lo transformamos. Por ejemplo, un objeto complejo generado por impresión 3D; cuando el usuario se pone el visor, el sistema lee los marcadores, detecta qué pieza es y en qué posición geoespacial se sitúa. Entonces la cubre con la imagen virtual y es un objeto de un material concreto y se mueve con él, con la misma percepción que si fuera una pieza de metal. Cuando la mueves, se cambia la incidencia de la luz y el brillo.

–Entonces, con ese objeto ustedes ensayan una soldadura como si fuera real.

–Es virtualizada sobre la pieza real, con una antorcha real, un soldador real, los cables, el mango, pero a la hora de soldar no es real.Sin embargo, lo que ves, es como si fuera real, con el brillo del metal fundido, el humo, la difusión térmica de cómo se transforma el metal conforme vas soldando.

–Las posibilidades en el ámbito educativo y de formación se me antojan infinitas.

–Inmensas.

–Es una nueva forma de enseñar y de aprender.No sé, estás hablando del Descubrimiento y puedes recrear a Colón y sus barcos.

–Puedes estar dentro de ellos, como si fueras parte de la tripulación de Colón. Es una nueva forma de enseñar porque la tecnología permite a los profesores desarrollar unas posibilidades que eran impensables hasta ahora, y les permite a los alumnos acceder a unos recursos infinitos. Hay que valorar la diferencia que hay entre leer sobre el Descubrimiento en un libro y frente a estar viviéndolo.

Seabery recoge donaciones de los empleados con destino a Ucrania. Seabery recoge donaciones de los empleados con destino a Ucrania.

Seabery recoge donaciones de los empleados con destino a Ucrania. / Josué Correa (Huelva)

–Creo que eso a las generaciones nuevas les resultará más fácil. ¿Los de otras más antiguas, estamos perdidos o podemos sacarle provecho?

–Sin duda.Entras en un punto que es la diferencia de usuario. No se trata de aplicar la mejor tecnología posible. Además, tratamos de que sea lo más fácil de utilizar, sin pensar demasiado, que sea muy intuitivo. Donde más nos está costando, no es en la adaptación tecnológica, sino en la parte pedagógica.

–Claro, los profesores deben también adaptarse a esas nuevas maneras.

–Venimos de una manera de enseñar que lleva siendo la misma desde hace más de cien años. Los instructores de soldadura no son docentes, son expertos instructores.

–No saben enseñar, vamos.

–Eso es. Es lo que nos cuesta más, tratar de convencerles de que si utilizan las posibilidades de la tecnología, su trabajo se hace más sencillo, más rápido, eficiente y de mejor calidad. Se captura más información por parte del alumno para ayudarle en el proceso de aprendizaje.

–¿Llegaremos a ver un mundo en el que los escolares vayan por la calle, no con una mochila cargada de libros, sino con unas gafas de realidad virtual?

–No sólo lo veremos, sino que lo veremos nosotros.

–¿Va tan rápido?

–La tecnología evoluciona radicalmente.

Basilio Marquínez con uno de los módulos impresos en 3D utilizados para la soldadura mediante la realidad transformada. Basilio Marquínez con uno de los módulos impresos en 3D utilizados para la soldadura mediante la realidad transformada.

Basilio Marquínez con uno de los módulos impresos en 3D utilizados para la soldadura mediante la realidad transformada. / Josué Correa (Huelva)

–Algunos hemos vuelto para atrás, por ejemplo con el libro electrónico que hemos arrinconado y vuelto al papel.

–Hay un componente más sentimental, sobre todo los que lo hemos conocido. Hay algunos que no saben lo que son. Yo pongo discos de vinilo, por ejemplo.

–De hecho, el cambio de la pizarra histórica a la pantalla, tampoco parece tan grande.

–Se ha cambiado el soporte. Se ha digitalizado. Aquí de lo que hablamos es de eliminar la literatura, que no te leas las cosas, que las vivas y las recrees. La curva de aprendizaje se dispara.

–Parece un mundo al que cuesta encontrarle los límites.

–Está en la generación de contenidos visuales, en 3D, recrear el Descubrimiento que decíamos antes, que seamos capaces de hablar con Colón y que responda. Eso tiene un trabajo impresionante. A medida que se hagan más contenidos, el alumno va a olvidarse de esos libros tradicionales, por ejemplo, que se vaya a la antigua Roma y que viva una sesión del Senado como si estuviera vestido con una túnica.

–¿La pandemia les ha ayudado a potenciar estas formas de enseñanza más deslocalizadas?

–No diría que nos ha ayudado, pero no nos ha perjudicado tanto como a otras compañías de otros sectores. En principio, cuando nos confinamos, ya teníamos en la empresa todas las herramientas digitales preparadas. Lo que hicimos fue utilizarlo más. En la primera semana teníamos el 80% del personal teletrabajando a pleno rendimiento. Además, la diversidad geográfica fue clave, la no dependencia de un mercado concreto, lo que no ha permitido compensar la evolución de la pandemia en las distintas zonas del mundo; al principio Europa se cerró por completo, pero Estados Unidos no por lo que continuamos; después empezó a repuntar la zona de Asia-Pacífico, por lo que comenzamos a recuperar nuestra actividad ahí. No decrecimos en 2020, aunque no crecimos lo previsto.

–Está muy bien ver estas iniciativas tecnológicas en Huelva, algo muy alejado de lo que estábamos acostumbrados a la hora de analizar nuestro tejido productivo. Sabemos hacerlo, ¿no?

–Una de las cosas que nos dicen cuando conocen la empresa, que es bastante puntera en todo el mundo, no sólo en el ámbito de la soldadura, sino de toda la tecnología de simulación, lo primero que nos preguntan extrañados es qué hacemos en Huelva. Sobre todo ahora, ya que tenemos un magnífico ejemplo en el que mirarnos que es Málaga, una ciudad que tiene una evolución fantástica con una apuesta tecnológica impresionante, no de Andalucía, sino de toda España. Me alegro mucho por ellos; tengo una envidia sana.

–Ellos han marcado la línea a seguir.

–Efectivamente, la tecnología no llega para sustituir a nada, sino para complementar. Sobre la deslocalización siempre nos han dicho que sómo no nos hemos movido a Madrid o Barcelona y la verdad es que ahora nos encontramos con que mucha gente que trabaja con nosotros se muda a Huelva. Lo único que nos ofrecen son atascos, humo y todo mucho más caro.Aquí el clima es fabuloso y eso lo valoran los empleados que trabajan con nosotros. Hay que intentar que las personas tengan la mejor calidad de vida personal y profesional. Muchos de ellos han pasado de teletrabajar a mudarse a Huelva. El último, ha sido nuestro director de software que viene de Burgos y nmo ha tardado ni un año en mudarse con nosotros.

–Nos faltan mejores comunicaciones.

–Es cierto, nos falta el AVE y el aeropuerto, pero las conexiones con autovía no están mal.

–¿Cuántos son en la plantilla?

–Hay muchos empleados en la oficina principal , pero también trabajando por el mundo, estamos ya por encima del centenar.

–¿Y en cuántos países trabajan?

–Estamos ya por encima de 75, no con presencia propia y directa, sino a través de la red de distribuidores. Tenemos directores regionales, por ejemplo en Emiratos Árabes, Latinoamérica , en la zona de Asia-Pacífico o en China.

Basilio Marquínez en las instalaciones de Seabery. Basilio Marquínez en las instalaciones de Seabery.

Basilio Marquínez en las instalaciones de Seabery.

–¿Cómo es eso de que una empresa de Huelva acabe saludando al Rey de España como ganadores del premio Pyme del Año?

–Ha sido una sucesión de sorpresas.

–¿Cómo surge la idea de presentase?

–Nos llega a través tanto del Banco de Santander como de la Cámara de Comercio de Huelva. Tenemos buena relación con ambos y nos animan a presentar la candidatura. Hacemos la solicitud y vamos al concurso provincial en Huelva. Lo ganamos el año pasado en la Diputación de Huelva. el hecho de ganar, automáticamente, te lleva a la convocatoria nacional, sin tener que hacer nada.

–Y ahí fue su ascensión.

–Eso fue el último trimestre de 2021 y hasta ahora no habíamos vuelto a saber absolutamente nada. Casi nos habíamos olvidado del asunto. La semana anterior a la fecha donde se iba a fallar el premio, recibo una llamada del presidente de la Cámara de Comercio de Huelva, en la que me comunica que habíamos sido seleccionado entre los cinco finalistas al premio nacional.

–Menuda sopresa.

–Hombre, fue una magnífica noticia y él me adelanta que hay bastantes posibilidades de conseguirlo, porque ha sido muy bien valorada. Daniel Toscano nos dijo que ya el simple hecho de estar entre los finalistas era ya un triunfo.

Basilio Marquínez, presidente de Seabery. Basilio Marquínez, presidente de Seabery.

Basilio Marquínez, presidente de Seabery.

–No es lo que se espera de una empresa de Huelva.

–Por supuesto. Nos dicen que la entrega es en Madrid, en la sede del Santander en una semana. Organizamos el viaje y curiosamente el CEO de la compañía, Pedro, reside en Estados Unidos. Cuando nos lo notifican estábamos en Madrid y él se iba de vuelta. Nos insisten mucho que debemos estar los dos por la presencia del Rey. Intentamos que se pudiera quedar, mirando billetes que llegaban a costar más de tres mil dólares. Al final me quedé solo.

–¿Tenía alguna sospecha de que iban a ganar?

–He de reconocer que hice algunas llamadas para ver si teníamos esas posibilidades de conseguirlo. No pude obtener ninguna información.

–¿Se enteró en esa misma gala?

–Cinco minutos antes de que empezara, estábamos todos los finalistas en una sala en el auditorio de la sede del Santander, una persona de Protocolo me dijo qué discurso iba a pronunciar, sobre todo por la presencia del Rey. Tengo la mala costumbre de que no me preparo nada y no me gusta leer los discursos. Le dije que yo lo improvisaba. Me contestó que debía tener claras las ideas y lo le dije que eso era en el caso de que tuviera que hablar. Su respuesta fue: sí vas a tener que hablar porque habéis ganado.

–Entonces se dio cuenta.

–Empiezas a aclarar las ideas, pero no tuve tiempo. Después nos enteramos que somos, no sólo la primera empresa onubense, sino la primera andaluza que lo gana.Es un honor poner por delante el pabellón de Huelva, hacerlo destacar por tecnología, no en oto sectores en los que ya destacamos, como la industria, la pesca, o el turismo.

–¿Qué planes tienen para este año o todavía estamos en uns situación lo suficientemente volátil como para no poder hacer planes ni siquiera a corto plazo?

–Estasmo en una época en la que hay que hacer un ejercicio complicado de planificar y al mismo tiempo, improvisar. Los planes, los presupuestos, las actuaciones de desarrollo y comerciales deben adaptarse a las sorpresas de cada día. Estamos en un entorno donde tenemos una pandemia, una guerra que no sabemos cómo va a terminar y desabastecimiento por la huelga de transportes, es enormemente compleja. Nosotros tenemos un plan importante, actualizado desde hace poco, de crecimiento muy importante para los próximos cuatro años. El objetivo de Seabery es intentar ser líderes además de en formación de soldadura, intentar serlo en todas las actividades y disciplinas que requieran la utilización de utensilios, herramientas o maquinaria, es decir que tengas un conocimiento y lo tengas que aplicar al uso de esa maquinaria que incluye ciertas actividades manuales, como la soldadura o la pintura en espray. Eso es lo que queremos ir aplicando en nuestra plataforma de formación, aumentarla con otros verticales. No he sido capaz de encontrar un término en español, en ingles es skills based training, algo así formación basada en habilidades. es nuestro gran objetivo.

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