Huelva

El corazón de los sanitarios del hospital Infanta Elena de Huelva llega a África

Dos profesionales del hospital Infanta Elena miran una de las exposiciones de fotografías del centro.

Dos profesionales del hospital Infanta Elena miran una de las exposiciones de fotografías del centro. / Rafa del Barrio (Huelva)

Tender la mano al que lo necesita es el ADN del profesional sanitario del hospital Infanta Elena de Huelva. Y la vocación solidaria, así como el compromiso con su profesión, les hace mirar más allá de la provincia onubense. La cruenta realidad que asola países tan lejanos como Benin, Ghana, Magadagascar o Guatemala motivó a Manuel, Mari Cruz, Francisco Javier, Lourdes, Juan Antonio y Doni a dejar atrás la comodidad de sus hogares y sus trabajos para dedicar tiempo, conocimiento y recursos a intentar a mitigar las necesidades de zonas con importantes carencias. 

Un pequeño hospital rural en el corazón de la República Democrática del Congo fue el primer contacto de Dori Tarifa con el mundo de la cooperación. Y le marcó para siempre, pues en una zona "sin recursos sanitarios teníamos ante nosotros el reto de combatir la enfermedad de Chagas, "todo un reto por ser silenciosa, asintomática y con gran morbilidad y mortalidad", subraya a este diario. De hecho, explica que es una enfermedad endémica producida por un parásito que se encuentra en las heces de un insecto que anida en las casas de adobe. La persona no es consciente de la picadura y, por tanto, de la infección, "por lo que 10 o 15 años después, si no ha recibido tratamiento, puede provocar graves problemas de insuficiencia cardíaca, agrandamiento del esófago y problemas en el colon". 

Dori Tarifa, para 'Huelva Información'. Dori Tarifa, para 'Huelva Información'.

Dori Tarifa, para 'Huelva Información'. / Hospital Infanta Elena

Dori Tarifa también estuvo en un hospital de Etiopía, donde vio "que la realidad superaba todo lo aprendido en las aulas", así como en Guatemala. Todas sus experiencias son de la mano de la ONG Ibermed, en la que, fundamentalmente, personal médico se dedica a mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables a través de proyectos de atención sanitaria, educación, seguridad alimentaria, nutrición, agua y saneamiento. La misma fue fundada, según explica la profesional sanitaria, por dos médicos que viajaron a Iberoamérica en su luna de miel y, sensibilizados por la situación, comenzaron a poner en marcha planes quirúrgicos. 

"Una convicción firme desde muy joven" llevó a Juan Antonio Manjavacas a participar en los programas de ayuda a los más necesitados. Encontró así en la Enfermería "un medio maravilloso" para viajar a África para llevar a cabo una labor humanitaria. Así, "un deseo y una voluntad" llevó a Manjavacas a trabajar como enfermero durante tres años en Tanzania con la tribu Maasai, "una experiencia irrepetible que me enseñó mucho acerca de la vida y de mí mismo", cuenta a este diario. 

Juan Antonio Manjavacas. Juan Antonio Manjavacas.

Juan Antonio Manjavacas. / Rafa del Barrio (Huelva)

Detrás de la solidaridad que irradia este enfermero se encuentra la fe cristiana, la cual le impulsó a viajar al país africano. De hecho, recuerda, "antes la Iglesia era el único médico con el que podíamos desplazarnos a estos lugares". A su vez, ha participado también en la ayuda humanitaria desplazada durante el tsunami de Sumatra en Indonesia y el terremoto de Haití

Una vez se incorporó a la vida profesional en Huelva, a Juan Antonio Manjavacas le quedó "el gusanillo de seguir colaborando" y, como las obligaciones familiares se lo impedían, pensó en que "podía ser útil en las emergencias hospitalarias y en la asistencia catástrofes". Todo ello "es beneficio para el corazón", resume.

El sur de Ghana se convirtió en el espacio de operaciones quirúrgicas de un equipo de profesionales del hospital Infanta Elena entre 2010 y 2011. De una conversación entre compañeros, iluminada por la ilusión compartida de unos cuantos, nació la posibilidad de hacer un viaje que, aunque estuvo protagonizado por cirujanos generales, urólogos, ginecólogos y enfermeros, "nos hizo sentir a todo el hospital allí", explican Mari Cruz Pérez y Manuel Ojeda, dos de los profesionales desplazados.

Mari Cruz Pérez y Manuel Ojeda. Mari Cruz Pérez y Manuel Ojeda.

Mari Cruz Pérez y Manuel Ojeda. / Rafa del Barrio

Allí se toparon con un país carente de recursos, repleto de situaciones difíciles, con enfermedades impensables y con urgencias inesperadas. Así, amparados en las instalaciones de la Orden Religiosa de las Hermanas de la Caridad, el equipo onubense comenzó a operar a aquellos pacientes que no tenían acceso a asistencia sanitaria en varias especialidades, véase la cirugía general y urología el primer año, además de la ginecología en el segundo.

En total, más de 120 pacientes operados "y otras tantas vidas cambiadas", así como un nuevo equipo de rayos X costeado a base de donativos que evitaba a la población viajes de seis horas por caminos en mal estado para una simple radiografía.

"La sanidad allí es un hospital de campaña, pues con lo poco que hay se intenta sacar el máximo rendimiento", recuerda Pérez, toda vez que añade que allí "se trabaja a demanda con los pacientes que, tras escuchar que llegan cirujanos, vienen a nosotros para solucionar un problema en su vida".

A Manuel Ojeda, África no le dejó indiferente. "Me cambió muchos aspectos de mi vida y he aprendido muchísimo, tanto a nivel personal como profesional". De hecho, expresa, "valoras cosas como vestir y comer aquí en España". 

Ambos profesionales coinciden en que en su mochila se trajeron "tolerancia, respeto por otras formas de vivir y una cierta vergüenza a dejarnos atrapar por el consumismo". 

La ilusión que empujó a Lourdes Serrano a marcharse, como enfermera, a los lugares con más necesidades aparece desde "que era niña", cuenta. Tanto es así, que la sanitaria "imaginaba mi vida ligada a los cuidados sanitarios de aquellos que no tienen nada y, pese a que la vida me llevó por otro camino, no quise abandonar ese sueño".

Lourdes Serrano. Lourdes Serrano.

Lourdes Serrano. / Rafa del Barrio

Durante más de una década, Serrano ponía rumbo cada año a Benín, a la comunidad de los Salesianos. Quedó impactada por el proyecto Jóvenes y Desarrollo, cuya finalidad es ofrecer una vida mejor a los menores. De hecho, eran los propios niños los que le reclamaban ayuda a Lourdes Serrano, de ahí que el mayor de los deseos de la enfermera era "ofrecerles un futuro fuera de la marginación extrema y la pobreza más absoluta". 

Compaginar la vida en África con su vida en Huelva, en su hospital Infanta Elena, le hacía incluso dudar "de cuál era la real". En muchas ocasiones, recuerda las caras de algunos niños que, hoy ya hombre, "han visto cambiar su vida gracias a toda la dedicación", pero también vuelven a su mente los recuerdos de "pacientes que, aferrados a mi mano en Huelva, encontraron consuelo y esperanza".

Al frente de la ONG ManMa Mandioca Madagascar está Javier Nieto, médico del hospital Infanta Elena que comenzó su andadura en la ayuda humanitaria en Madagascar, en el área de Beraketa, región del Androy. 

Javier Nieto, para 'Huelva Información'. Javier Nieto, para 'Huelva Información'.

Javier Nieto, para 'Huelva Información'. / Rafa del Barrio

Como médico, Nieto considera vital la sanidad, pues “se evita el sufrimiento de las personas en la medida de lo posible y se contribuye mejorar su nivel de vida”. Es por ello, que el profesional sanitario creó, junto a su ONG, "un espacio de atención primaria para enfermedades", explica, mientras subraya que "hemos ido mejorando toda la infraestructura para acoger a aquellos que vienen de lejos.

La educación, la labor misionera y el desarrollo son, junto a la sanidad, los pilares sobre los que trabaja Javier Nieto. "A título personal, me quedo con el ser sensible a las miserias humanas, no solamente a aquellas más lejanas, sino a las que tenemos más cerca". Experiencias como esta "dan rienda suelta a la capacidad de los humanos para implicarnos con el resto".

Todas estas historias recorren los pasillos del hospital Infanta Elena a través de una exposición fotográfica con la que todos estos profesionales sanitarios pretenden, según coinciden en sus declaraciones en este diario, "llegar al resto de compañeros para que, como hemos hecho nosotros, abran una puerta a la esperanza". 

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