"Con la saeta estás solo. El único compás que existe es el tic-tac de tu corazón"


Eduardo Hernández Garrocho actuará en la Exaltación a la Saeta acompañado por Sebastián Cruz y Elena Bellido. Confiesa que será un gran momento porque no volverá a cantarla en público como acostumbraba a las imágenes en la Semana Santa.
-¿Cómo llega a la saeta?
-Por el flamenco. Hago la saeta porque me acerca a la Semana Santa. Nunca personalicé en una advocación, sino en lo que representan Cristo y María.
-¿También tendrá su tironcillo?
-He tenido momentos preciosos. El que más me emocionó fue en Gibraleón con el Cristo de la Sangre: tenía casi metido el brazo en el balcón, eso sí que te deja huella. Tuve la suerte de cantarle al Gran Poder en su capilla e impone tenerlo tan cerca. Otro de los momentos más emocionantes fue una saeta al Cristo Yacente en el Paseo de Santa Fe. No podía; tuvieron que aguantarme porque me caía al suelo. No he sentido tanta emoción como aquel día, porque soy de los que mira la imagen, y cantarle así es algo impresionante.
-¿Cuando sale al balcón para cantar una saeta en qué piensa?
-En que estás solo, agarrado al hierro y el único compás que tienes es el del tic-tac de tu corazón, que es la única música que tienes que seguir. Estás solo, por eso la saeta tiene la guasa que tiene. El tono de dentro es muy distinto al de fuera. La saeta es muy dura y traicionera porque no tienes nada que marque el tono.
-Durante mucho tiempo estudió las saetas y grabó muchos estilos de nuestra provincia.
-Sí, me he preocupado por las saetas. Hay quien sabe lo que canta y quien canta lo que sabe, por eso me preocupé de conocer lo que estaba cantando. Tenemos saetas muy nuestras de Cabeza Rubias, de Alosno o de Huelva.
-¿Qué estilo de saeta le gusta más?
-La saeta mejor con la toná, más que la seguirilla. La Niña de Huelva y Paco Garrido hacían unas saetas por tonás muy bonitas.
-¿Qué le ha aportado la saeta al esplendor de la Semana Santa de hoy?
-Es imprescindible en el significado global de la Semana Santa de Huelva. En su resurgir ha sido fundamental la aportación de la saeta. Cuando empecé, nadie las cantaba, sólo la Niña de Huelva y Paco Garrido, que corrían de una esquina a otra.
-¿Cómo se siente ahora después de cincuenta años cantando a las imágenes de las cofradías?
-Muy contento por estos años. Estoy muy agradecido por participar en la Exaltación a la Saeta de Huelva. Será mi última actuación pública. Me quiero retirar con facultades. Todavía tengo muchas cosas por hacer, pero será cantar más de aproximación, que tenga un contenido vinculado.
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