Programa humanitario

Un proyecto enriquecedor para mejorar la vida de otros

  • Juan Manuel Belmonte, de Cruz Roja Huelva, participa en una actividad para mejorar las condiciones de las comunas Musongati y Bukemba

Juan Manuel Belmonte, en el centro de la imagen, junto al equipo del proyecto de Cruz Roja.

Juan Manuel Belmonte, en el centro de la imagen, junto al equipo del proyecto de Cruz Roja. / H.I.

"Una experiencia que abre tu mente y te hace sentir útil, además de regalarte nuevas ofertas laborales", ese es el aprendizaje que el voluntario de Cruz Roja Huelva Juan Manuel Belmonte trae consigo tras su paso por Burundi.

El onubense ha participado durante tres meses en el proyecto Seguridad Alimentaria y Medios de Vida destinado a mejorar las condiciones de las localidades de Musongati y Bukemba, dentro de Rutana una de las diecisiete provincias de la República de Burundi. Las dos comunas, situadas en la zona fronteriza con Tanzania, marcadas por años de conflictos y aislamiento, se dividen en numerosas colinas, de las cuales ocho son cubiertas por este proyecto, tres en Bukemba y cinco en Musongati.

Se trata del segundo voluntariado en el que este joven participa, pues hace unos años realizó uno en Burkina Faso, que se enfocaba en la actividad de las mujeres encargadas de recolectar y reproducir la crema Karité. Sin embargo, el segundo ha supuesto la gestión de un proyecto basado en tres pilares, por una parte, la gestión económica, sobre el trámite de pago de facturas y de presupuesto de las actividades; la gestión y facturación de equipos necesarios, como los coordinadores de actividades, los proveedores de los materiales o personal encargado de suministrar la formación que las personas necesitan; y por último, el ámbito de la evaluación de los proyectos que se realizan.

El proyecto cubre la línea de seguridad alimentaria, para la cual se financió la creación de dos hangares en Musongati y se rehabilitó otro en Bukemba, destinados a almacenar la cosecha que los propios beneficiarios del proyecto van a recolectar.

"La idea es que ellos se organicen en un grupo precooperativo para poder hacer frente a las adversidades del ambiente, como una mala recolecta, o problemas políticos. Por lo tanto, no solo se crean los hangares, sino que también se les provee de formación. Se contratan formadores expertos en materiales y gestión de almacenes, para que estos aprendan a gestionar un hangar. Hay que tener cuidado a la hora de construirlos, puesto que son grandes espacios y deben encontrarse bien aireados y contar con las condiciones idóneas para los productos que se van a guardar allí" explica Juan Manuel. Además, el voluntariado incluye lo que se conoce como sensibilización wash, que trata de mostrar medidas básicas de higiene, como el lavado de manos antes de las comidas, almacenamiento de alimentos en condiciones de hervido o el uso del agua de forma correcta, debido a su escasez. Por otra parte, este programa también enseña a los habitantes a construir letrinas particulares agroecológicas cerca de sus hogares, que pueden ser utilizadas como abono en las plantaciones; o la fabricación y uso de tip taps, una especie de garrafas que les permiten almacenar el agua para diversos usos. Estas medidas tienen como fin desarrollar la autonomía de estas sociedades, para que puedan evolucionar y desarrollarse por sí mismas.

Juan Manuel cuenta con una formación de posgrado en Derechos Humanos y Desarrollo, así como Derechos Indígenas y acceso a la Tierra. Además, tiene una larga trayectoria como voluntario en la Unidad de Emergencia Social y en los programas de Asentamiento de Personas Inmigrantes, Teleasistencia, Formación del Voluntariado y Refugiados.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios