Un motín en la prisión de Huelva acaba con tres funcionarios heridos
Fueron atendidos en la Enfermería, uno con un dedo roto Entre los instigadores está el asesino de la calle del Infierno de Sevilla Los ocho reclusos participantes están en aislamiento


La mañana del martes se convirtió en una pesadilla para los funcionarios que ejercen las labores de vigilancia en el comedor de la prisión de Huelva. Como denunció ayer la Agrupación de Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) a través de un comunicado, durante el reparto del desayuno dos reclusos del módulo 3 protagonizaron un intento de motín que pudo haber acabado en tragedia.
Acaip afirma que fueron dos presos los que protagonizaron el altercado, calificado como "de extrema gravedad", incitando al resto a levantarse y a atentar contra los trabajadores del penal onubense. El sindicato mayoritario en La Ribera precisó que los dos instigadores son Rafael G.C., con delitos contra la propiedad, y el peligroso Fernando S.R.
Este último, confirmaron fuentes penitenciarias a Huelva Información, es el asesino de la calle del Infierno de Sevilla, condenado por un jurado popular en 2001 a 17 años de cárcel por asestar una puñalada mortal en el costado a otro joven en la Feria de Abril de 2000, durante la violenta trifulca que se produjo entre dos bandas, una de Torreblanca y otra de las Tres Mil Viviendas de la capital hispalense. Agrega Acaip que estos dos reclusos "responden al perfil de internos con graves problemas de adicciones a sustancias psicotrópicas, lo cual contribuye a desinhibir y dar rienda suelta, en muchos casos, a conductas de extrema violencia".
En la tentativa de motín participaron otros seis reos que, junto con estos dos, han pasado al módulo de Aislamiento. Las fuentes consultadas por este diario precisaron que el módulo 3, junto con el 4, es considerado como un módulo "de nocivos", es decir, donde conviven los presidiarios más violentos de la penitenciaría onubense. Acaip denuncia la elevada concentración de internos de perfiles de extrema peligrosidad que han protagonizado incidentes regimentales graves "y que no tienen cabida en otras prisiones, ya que, literalmente, se los quitan de encima con destino al centro penitenciario de Huelva".
Los dos funcionarios de vigilancia y el jefe de Servicios agredidos sufrieron heridas de diversa consideración después de recibir un aluvión de puñetazos en la cara y decenas de patadas. Tuvieron que ser atendidos en el departamento de Enfermería del penal. Uno de ellos tiene un dedo fracturado, según el sindicato.
El intento de motín no llegó a más gracias "a la rápida y eficaz intervención de los funcionarios y al jefe de Servicios". Acaip pone de relieve en su comunicado su "honda preocupación" por lo acontecido, al tiempo que aplaude "el elevado nivel de profesionalidad de la plantilla a pesar de haber visto reducido su número de efectivos por traslados o puestos a medida".
Para el sindicato, es "apabullante y vergonzosa" la sensación "de soledad de los trabajadores penitenciarios", por lo que muestra su "malestar y repulsa por la nefasta e incompetente gestión del director", Alejandro Zulueta, del que asegura que "con sus dudas y contemplaciones está provocando un ambiente de desmotivación e impunidad alarmantes". Así, recuerda que desde que arribó a la penitenciaría de La Ribera "se han producido algunos de los hechos más graves desde su apertura: muertes por sobredosis, suicidios, intentos de secuestro, denuncias por acoso laboral, manifiesta descoordinación entre áreas, etcétera".
En el mes de mayo, después del intento del secuestro (durante unos 15 minutos) de un funcionario de prisiones en el módulo 4, los representantes de la plantilla se reunieron con Zulueta, quien "se comprometió a poner en marcha una serie de medidas para reforzar la seguridad sin que, hasta la fecha, haya cumplido casi ninguna de ellas".
Las fuentes penitenciarias consultadas por este rotativo añaden que el director del penal de La Ribera "se toma mucho en consideración lo que dice el interno y le resta autoridad al funcionario", a lo que suman que "uno se puede mostrar cercano con un preso, pero con uno que merezca la pena, no con los que rompen el régimen cada vez que quieren". Además, "aquí nunca se había producido un secuestro y las agresiones sólo fueron habituales cuando se abrió la cárcel, luego la situación se normalizó".
Entre las principales reivindicaciones sindicales están que sólo los reclusos que hayan acreditado un comportamiento excelente durante "siete u ocho meses como mínimo" puedan pasar por el módulo de Respeto o la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE), ya que en esta última no está permitido sancionar a sus integrantes "y algunos aprovechan que han hecho algo malo para solicitar su ingreso en la UTE, permaneciendo allí tres o cuatro meses para que no les llegue el parte disciplinario".
El director del centro penitenciario de Huelva, Alejandro Zulueta, aseguró ayer en rueda de prensa que la situación en la prisión tras el motín "está controlada y todo es perfectamente normal". En declaraciones a los periodistas, Zulueta indicó que "entre 1.350 personas, que es la actual población de la prisión, en los módulos más conflictivos siempre puede haber una actuación violenta por parte de un interno".
Añadió que el centro "tiene los medios para resolverla, como ocurrió ayer (por el martes)". El director incidió en la "situación de normalidad" que existe en la prisión, al margen de incidentes puntuales como éste, que "pueden producirse en cualquier momento".
Este diario contactó también con Instituciones Penitenciarias, cuyas fuentes aclararon que no hubo "ni siquiera un intento de motín", sino "un incidente que fue sofocado rápidamente por los funcionarios y en el que uno de ellos se rompió un dedo".
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