Probablemente, al leer el nombre de Nico Montero, muchos onubenses no acierten a descifrar qué se esconde detrás. Sin embargo, Nicolás Montero, cantautor onubense, afincado en Cádiz y jefe de estudios IES Bahía de Cádiz, es uno de los mayores exponentes de la música cristiana contemporánea. Ha publicado diez discos y ha dado más de mil conciertos internacionales en sus más de 15 años de carrera musical. Su próxima actuación será en Madrid, en la Jornada Mundial de la Juventud, el 18 de agosto, ante el papa Benedicto XVI.

-¿Siempre tuvo claro que quería dedicarse a la música?

-Lo de la música y un servidor es un noviazgo que surgió espontáneamente en mi niñez, y se forjó en las aulas del colegio Salesiano de Huelva, donde salesianos como Eduardo Benot, ya fallecido, o José Pulido, supieron inculcarme el amor a la música y al teatro. Luego, en mi adolescencia, tuve mi primera guitarra, y ahí empezó todo: un proceso de enamoramiento total y fusión con las cuerdas de la guitarra del que surgieron muchas canciones y brotaron los acordes que me acompañaron en mis años y en todos mis momentos vitales. No entiendo mi vida sin ella.

-¿Es otra manera de expresar su fe ante Dios?

-Es mi mejor manera de expresarme y, gracias a las canciones que escribo, expreso mi fe en el Dios de la Vida, renuevo mi fe en el género humano, y suscribo mi esperanza comprometida con quienes me rodean. Soy optimista compulsivo y las canciones me ayudan a compartir un mensaje de esperanza en estos tiempos difíciles de crisis y desánimo.

-¿Alguna inspiración para escribir Firmes en la fe?

-Muchos flashes me inspiraron: La crisis actual que está siendo tan dañina para tanta gente joven que no encuentra la oportunidad de realizarse con un trabajo digno, la Palabra de Dios que nos anima a mantenernosfirmes en la fe a pesar de las dificultades, y mi amor a Jesús de Nazaret con la certeza de que su proyecto es la clave para un mundo justo y en paz... Todo ello fue un cóctel del que salió en una tarde este tema tan universal y tan cantado en tantas latitudes.

-¿Por qué fue elegido para cantar ante el Papa?

-Me han pedido cantar en los actos de la JMJ y me siento muy honrado por ello. Llevo más de veinte años haciendo música cristiana contemporánea al servicio de los jóvenes y de la Iglesia... Supongo que ese itinerario de compromiso dilatado en el tiempo ha sido la clave de que contaran conmigo para cantar en Cibeles.

-¿Qué supone para usted cantar Firmes en la Fe ante dos millones de jóvenes y ante el papa Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud?

-Supone una gran emoción y al mismo tiempo una gran responsabilidad pero no me da miedo ni siento temor. Me acompaña una banda genial, de músicos incontestables; además, me encanta cantar para la gente joven y me siento empujado por la fuerza del espíritu que habla por mis labios. Yo sólo soy un instrumento más y un hermano más que canta en nombre de todos pero no soy un divo ni una estrella.

-Ha dado conciertos fuera de España. ¿Qué lugar le ha gustado más de todos en los que ha actuado?

-El concierto más entrañable fue el ofrecido en el hospital San Juan de Dios de Valladolid, para unos 100 internos, con minusvalías psíquicas y trastornos mentales. Aún recibo por Navidad felicitaciones de algunos de los internos, que son ya de la familia. La música supera todas las barreras y establece conexiones que las palabras no atisban.

-¿Qué espera de la visita del Papa y qué nuevos valores predicará a los jóvenes de España?

-Espero una visita sencilla, a pesar de lo complejo del despliegue, donde el Papa recuerde esos valores evangélicos que siguen estando por estrenar y que se concentran en uno: La Caridad, en mayúsculas, el amor comprometido con los más desfavorecidos.

-¿Qué le parece que se desembolse tanto dinero en las visitas que hace el Papa ante la situación de crisis en la que estamos?

-Los datos que manejo hablan de todo lo contrario. La visita del Papa en el marco de una JMJ es una lotería para el país donde se produce. Los beneficios de tener casi dos millones de personas visitando España durante más de diez días supera con creces la inversión para que el encuentro sea operativo. Así que muchas familias españolas podrán beneficiarse de esta visita que sólo generará trabajo y prosperidad en nuestro país.