Las palmeras de Huelva logran librarse de la plaga del picudo rojo

Entre 2008 y 2011 el escarabajo acabó con 30-40 palmeras al año La especie más afectada es la 'Phoenix canariensis'

Aspecto de las palmeras en el Paseo Santa Fe en 2011.
Aspecto de las palmeras en el Paseo Santa Fe en 2011.
Miriam Guillén Huelva

28 de septiembre 2015 - 01:00

La plaga provocada por el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus olivie) entre 2008 y 2011 se reduce hasta cifras anecdóticas de 1 o 2 palmeras afectadas al año. La sustitución de la Phoenix canariensis (la especia más afectada), por la Washingtonia robusta en aquellos casos irrecuperables, sumada a los tratamientos aplicados, han surtido su efecto y las palmeras de la capital vuelven a lucir sanas.

En 2011, año que la invasión azotó con mayor intensidad Huelva, el escenario desolador se repetía en varios puntos de la ciudad. En espacios tan emblemáticos como el parque Doce de Octubre, La Plaza de las Monjas o el Paseo Santa Fe podían observarse palmeras con las hojas externas caídas y con un color que variaba del amarillo al pardo rojizo, con un evidente desplome de la corona e incluso agujeros en el tronco que indicaban la existencia inequívoca del insecto.

El aspecto de las palmeras era la evidencia de haber sufrido la fase más dañina del picudo rojo, la de la larva, que devora el tronco por dentro. Las larvas excavan galerías dentro del tronco de la palmera para alimentarse de sus tejidos y propagan a través de ellas infecciones fúngicas que aceleran la descomposición del ejemplar, deteriorándolo gravemente antes de que puedan detectarse los primeros síntomas visibles. La fase adulta, la del escarabajo, es la reproductiva y, por tanto, la que propaga la enfermedad.

En 2008, el Ayuntamiento empezó con los primeros tratamientos mediante pulverizaciones de las copas de las palmeras de los parques Doce de Octubre, Zafra y del Paseo de las Palmeras por ser la zona limítrofe al muelle, por donde se suponía había entrado la plaga, con el objetivo de hacer una barrera de protección al resto de la ciudad. En 2009, se mantuvo este tratamiento mientras se iniciaba la inoculación de las primeras inyecciones en tierra de todas las palmeras Phoenix canariensis de la ciudad. En octubre del mismo año, se inició un tratamiento experimental en el Parque Doce de Octubre, mediante la colocación de 4 morcillas en la parte superior del tronco de todas las palmeras.

Siguiendo las directrices del protocolo marcado por la Junta de Andalucía se combinaron los tres tratamientos, a los que se sumó la poda en invierno, la época en la que se produce la parada biológica del escarabajo. Gracias a la combinación del tratamiento preventivo con la actuación inmediata en cada foco detectado, se ha conseguido no sólo frenar la plaga, sino también curar muchas palmeras y salvarlas de la tala. En total, el parásito consiguió invadir en Huelva unos 160 ejemplares, de los que se lograron salvar casi el 50%.

Actualmente se aplican seis tratamientos al año entre marzo y noviembre, que se intensifican en verano porque se trata de un insecto ligado al calor. Las fumigaciones se realizan de noche, como medida de protección para los ciudadanos y en cumplimiento de un decreto de la Junta de Andalucía sobre manipulación de productos peligrosos que obliga a realizar este tipo de tratamientos en suelo urbano en horario nocturno.

stats