Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
LA crisis se ha llevado por delante al Aqualon, aunque los nuevos propietarios se han apresurado a afirmar que seguirán con el proyecto, inyectando dinero y aplicando un lavado de imagen, que en el caso del centro comercial y de ocio de la capital buena falta hace. Los alemanes de Eurohypo querrán relanzar el negocio para posteriormente encontrar un buen comprador que les devuelva el dinero invertido.
Realmente, la crisis actual lo que ha hecho es rematar una situación que hace tiempo se veía venir, ya que las expectativas de negocio en el centro comercial siempre han estado muy por debajo de las marcadas en un principio, englobado todo en un proyecto ilusionante e innovador para la capital onubense, que era la única andaluza que no disponía de un centro comercial de estas características. Es la tal la situación que nunca ha visto Aqualon todos sus locales cubiertos, a la vez que hace ya unos meses se especuló con el cierre de las salas de cine, lo que hubiera hecho más crítica la situación. Del mismo modo, la parte de arriba de restauración ha ido hacia abajo, con menos negocios abiertos. Un sinfín de contrariedades que hacía visible que a cuatro años de su apertura las cosas no estaban funcionando bien. Del mismo modo, los antiguos gestores eran muy reacios a dar cuenta públicamente de los resultados, ciñéndose al número de visitantes, pero no a la real cifra de negocio. Un centro comercial y de ocio que no acababa de entroncarse en la sociedad onubense y que vivía de fechas muy concretas que no aventuraba buenos negocios.
Ahora habrá que hacer un gran esfuerzo para levantar un negocio que tendrá que atraer a los comerciantes y a los consumidores, con una mayor oferta y reclamos suficientes para que se convierta en lo que estaba previsto en un principio, un centro comercial y de ocio valorado por la sociedad onubense y conocido dentro y fuera de nuestra geografía provincial.
Este caso viene de perlas a los comerciantes de Isla Chica de cara a lo que se pretende para el barrio con el suyo, ya que en un principio lo que se ha destacado por los comerciantes de la zona es que el futuro centro comercial de Isla Chica debe pilotarse a través de una buena oferta de cine y restauración, a modo de enganche para la visita a las tiendas que se ubiquen en el mismo, muchas de las cuales serán las que ya existen en la barriada, pero agrupadas y con mayor dinamismo. Y es que el perfil del visitante del centro comercial es más bien el de un ciudadano que quiere hacer sus compras en el menor tiempo posible, aprovechando para comer en el lugar y de paso dar al disfrute de la oferta de ocio que se le ofrezca, ya sea cine o cualquier tipo de actividad relacionada con los juegos. Así se previó para Aqualon, pero no acabó de fructificar, teniendo que dar paso a otros promotores, que son ahora los que tienen la palabra.
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