Josemi García: cuando el sueño decide volar
Trincheras Sonoras
El cantautor onubense abre una nueva etapa en Madrid con canciones escritas desde la verdad, la emoción y el riesgo de vivir por y para la música
Dicen que los sueños no se cumplen: se construyen. Ladrillo a ladrillo, canción a canción, duda a duda. Que no basta con desearlos, hay que empujarlos a pulso, arriesgar lo que haga falta, aunque duela. Y ahí es donde aparece Josemi García: en ese punto exacto donde el sueño y el sacrificio se miran a los ojos sin pestañear.
Josemi no es un capricho del destino, ni la chispa pasajera de un concurso televisivo, ni un nombre que aparece por azar en una playlist. Josemi es trabajo, fe y una historia escrita desde dentro: un chico que dejó su ciudad, su rutina, su seguridad y el suelo firme para lanzarse al vacío de Madrid con una maleta llena de canciones y una convicción feroz: la música o nada.
Vuelo no es simplemente su primer single: es un manifiesto vital. Es la fotografía sonora de ese salto sin red, de esa decisión a corazón abierto que convierte el vértigo en camino. Josemi canta aquello que está viviendo: el miedo, la ilusión, la incertidumbre, el sudor, el abismo. Y lo hace con una sinceridad que desarma, con una emoción que va del pecho a la garganta y se queda ahí, latiendo. Es el retrato sonoro de un artista que no espera a que la suerte golpee a su puerta, sino que sale cada día a buscarla.
Si alguna vez te pienso confirma que Josemi no escribe desde la superficie, sino desde la entraña: donde la emoción tiembla, donde el amor duele, donde las despedidas arañan y donde las palabras son cicatriz. Es una canción construida sobre esa verdad que todos hemos vivido alguna vez: saber que un amor se acaba y aun así querer abrazarlo una última vez; tener que decir adiós cuando el corazón pide quedarse; caminar hacia adelante con las manos temblando porque no queda más remedio. Josemi no dramatiza, humaniza. Convierte un sentimiento universal en un susurro íntimo que parece cantado a la oreja de cada oyente.
Su voz, cálida, flexible y emocional, es el eje de todo. Hay algo en su timbre que conecta de inmediato con la piel del que escucha. No exagera, no fuerza, no busca exhibirse: transmite. Por momentos recuerda a esa escuela que han construido artistas como Pablo Alborán o Pablo López, pero sin caer en la copia ni en el intento de parecerse a nadie. Josemi suena a Josemi: sensible pero firme, dulce pero decidido, íntimo pero expansivo. Un cantautor moderno capaz de abrazar el pop, el rock, la canción de autor y cualquier territorio donde pueda contar la verdad.
Pero detrás del brillo hay historia, y detrás de la historia hay recorrido. Josemi ha pisado cientos de escenarios antes de llegar aquí. Ha cantado versiones durante casi una década, probándose, entrenándose, construyendo oficio. Ha sido finalista de los castings de OT en dos ocasiones, llegando a las últimas 45 voces entre miles de aspirantes. Ha cantado junto a Pablo López. Ha emocionado en Tierra de Talento. Ha cantado en bares, fiestas, calles, salas pequeñas y platós de televisión. Ha aprendido a resistir. Ha entendido que la música no es gloria inmediata, sino resistencia diaria.
Y, aun así, lo más importante acaba de empezar: su proyecto propio. No un repertorio hecho para encajar, sino canciones escritas para contar quién es. Josemi ha encontrado por fin el espacio donde volcar su verdad, su fragilidad, su mirada; y el salto a Madrid es el símbolo perfecto de ese momento. Porque marcharse no es huir: es apostar. Apostar contra el miedo, contra la comodidad, contra la estadística. Apostar por uno mismo.
Su actuación en la mítica Sala Búho Real es el reflejo de ese punto exacto donde el sueño se toca con las manos. Allí, rodeado de una banda poderosa y elegante, Josemi confirmó que no va de paso: que tiene madera, tiene canciones, tiene oficio y, sobre todo, tiene verdad. Que no es un cantante más en un océano de voces: es un creador que empieza a descubrir quién es. Y que, además, tiene algo que no se compra ni se estudia: autenticidad.
Lo que viene ahora es un camino abierto lleno de interrogantes hermosos. ¿Más singles? ¿Un álbum completo? ¿Gira? ¿Nueva banda estable? ¿Productores externos? ¿Colaboraciones? Todo es posible porque Josemi está en el momento exacto donde todo artista desea estar: con la identidad clara, el talento maduro, la emoción como bandera y un futuro en ebullición.
Trinchera Sonora es un espacio que celebra el talento onubense, y Josemi es parte de ese orgullo colectivo. Porque no solo representa a un cantautor, representa una filosofía. La de quien cree que los sueños valen la pena si el alma está dispuesta a defenderlos. La de quien canta porque no puede vivir sin hacerlo. La de quien se deja la piel, literalmente, para que una canción llegue al lugar donde debe llegar: al corazón.
Y mientras se prepara para lanzar nueva música, mientras Madrid lo envuelve y la vida lo aprieta y lo empuja hacia delante, Josemi sigue haciendo lo que siempre ha hecho: cantar desde la herida, escribir desde la verdad y vivir desde el amor absoluto a la música. Porque, al fin y al cabo, hay algo más grande que el éxito: la valentía de intentarlo. Y ahí, en ese lugar donde muchos se quedan mirando y muy pocos se atreven a saltar, Josemi ya está volando.
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