Universidad

¿Por qué no hablar del tema de la muerte?

  • La UHU celebra la segunda edición del Death Café que supone un espacio de encuentro en el que de manera abierta y confidencial se habla del fin de la vida

Uno de los grupos participantes en el encuentro.

Uno de los grupos participantes en el encuentro. / H.I. (Huelva)

La sociedad vive de espaldas hacia una realidad que nos afecta a todos. Se pretende ocultar, esconder... pero está ahí. La Universidad de Huelva (UHU) ha celebrado la segunda edición del Death Café, una iniciativa abierta tanto para profesionales de la Salud como para el resto de ciudadanos que han afrontado o lo van a hacer, la realidad de la muerte en algún familiar o ser querido o incluso quieren saber cómo prepararse a nivel más personal e íntimo.

La reunión fue en el Campus del Carmen. La reunión fue en el Campus del Carmen.

La reunión fue en el Campus del Carmen. / H.I. (Huelva)

Death Café es un proyecto puesto en marcha por la psicoterapeuta Sue Barsky Reid y Jon Underwood, alumno del Jamyang Buddhist Centre, en Londres, inspirados por los café mortels de Bernard Crettaz, sociólogo y teólogo de la Universidad de Ginebra, y desde su inauguración, en el año 2011, la popularidad y la organización de estos grupos de discusión no ha dejado de crecer en todo el planeta. De hecho están ya presentes en 65 países habiéndose celebrado hasta la fecha cerca de 10.000 reuniones. En Huelva, como ya se ha comentado, ha sido la segunda la que ha tenido lugar este viernes un reservado del Comedor Universitario.

La iniciativa quiere dar una respuesta adecuada aun hecho incuestionable: la sociedad ha hecho de la muerte un tabú que hay que esconder o huir. Death Café permite hablar de ella con plena naturalidad y sin prejuicios.Alrededor de unas tazas de café, la enfermera Begoña García, que dirige la Unidad de Salud de la Onubense, iniciaba el debate con el ánimo de romper el hielo, cosa que no tardó en conseguirse. En el grupo había personas que habían tenido experiencia de tratar a seres queridos en cuidados paliativos, viviendo con ellos su estado terminal.

Esto ha dado como resultado una bella iniciativa: un taller de duelo situado en el centro de salud de Los Rosales que dirige la enfermera de enlace Sonia García que indica que uno de los objetivos del grupo es que “le proceso de duelo anticipado sea lo más fácil posible”. Junto a ellas, había alumnos de la Facultad de Enfermería, de otros centros de la UHU y algunos profesores. El taller de Los Rosales no solo ayuda a las cuidadoras que están acompañando a sus seres queridos en sus últimos días sino que también aglutina a aquellas que, una vez pasada la experiencia, quieren ser un apoyo.Tanto Lola Monís como Elena Pichardo han sido cuidadoras y pertenecen al taller. Ambas han visto de cerca el sufrimiento de los seres queridos.

Para Lola lo importante es que “mi madre estuviera bien atendida”. Elena por su parte, subraya la necesidad de que cuando se viven esos momentos “es muy importante rodearte de gente positiva”. Su experiencia le ha enseñado a “vivir el día a día” además de haber perdido buena parte del miedo que se suele tener a la muerte.Moisés es muy joven. Es estudiante de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI) y dice que a veces se saca el tema de la muerte, entre los amigos, pero “nunca de forma seria”. Su novia Alicia estudia Enfermería y le interesa mucho el tema porque “me interesaría especializarme en cuidados paliativos porque me parece que es un tipo de enfermería más social”.

Una vez que se inicia la reunión, todas las conversaciones tienen carácter confidencial. Llama mucho la atención la consideración que los más jóvenes tienen con el tema de la muerte; una relación que pasa de la simple teoría a considerarla como una realidad más o menos cercana. Eso viene siempre de la mano de la pérdida de algún abuelo o de una enfermedad complicada de alguno de los padres.

Begoña García recordaba que las propuestas de Death Café tienen como objetivo “fomentar la conciencia social de la muerte desde varios puntos de vista para valorar la vida y romper el tabú que supone hablar de todo lo relacionado con la muerte”. La filosofía de Death Café puede resumirse en el principio de que normalizar la muerte es normalizar la vida.Uno de los aspectos más interesantes de estos encuentros es que no se pretende que los participantes tengan que llegar a una conclusión o un plan de acción. Se trata de un espacio respetuoso y confidencial donde la gente puede expresar sus puntos de vista de una forma segura.

Aunque en principio no se rechaza a nadie, Death Café advierte que sus reuniones no son adecuadas para personas que no son capaces de discutir sobre este tema de una manera abierta y cómoda. Tampoco supone una oportunidad para transmitir información sobre la muerte. Por esta razón, no se trata de la charla de un conferenciante, ni de dar contenido sobre la muerte”.

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