La Autoridad Portuaria ha puesto todo de su parte, con las cifras aportadas por la consultora Price Waterhouse Cooper, para intentan convencer a alguna compañía naviera que pueda operar la línea marítima entre Huelva y Cádiz, objeto de reivindicación por varios colectivos sociales onubenses y que, al menos con los números aportados por dicho estudio, presenta una rentabilidad más que dudosa. El estudio concluye que, con diversos factores a tener en cuenta entre los que se barajan desde el punto de partida hasta el precio y la duración del viaje, la línea tendría una demanda de 222 viajeros al día, cuando hacen falta 549 para alcanzar el umbral de superar los costes de operatividad. No obstante, el Puerto no se cierra a una posibilidad abierta en ese sentido, toda vez que serían las navieras las que tendrían que ponderar otras variables, como por ejemplo la disponibilidad de flota o las ventajas que se obtendrían con la misma.

El director del Puerto, Ignacio Álvarez-Ossorio, quiso precisar que "se va a enviar el documento con las conclusiones, tanto al Ayuntamiento como a la Junta, Puertos del Estado, Diputación y principales operadores portuarios, para que analicen los datos y busquen las posibilidades de negocio, porque los puertos no prestamos directamente este tipo de servicios". El responsable portuario puso como ejemplo que "cada naviera deberá estudiar, por ejemplo, si le interesa tener uno de sus barcos amarrados a puerto y quiere utilizarlos, para lo que contará con las mayores facilidades que puede ofrecer la Autoridad Portuaria de acuerdo a la Ley de Puertos", pero "no podemos hacer más".

El ideal, al menos así lo han planteado tanto las encuestas realizadas a ciudadanos como a responsables portuarios y los estudios de las diferentes variables, sería una línea operada desde el muelle de Levante -el más cercano al centro de la ciudad, ya que el Sur obligaría a desplazamientos con vehículos o algún tipo de lanzadera-, un viaje de entre dos y tres horas de duración y a un precio no superior a los 30 euros; según los responsables del estudio, cualquier otra opción significaría una caída en la demanda que imposibilitaría cualquier operatividad real. Con esas preferencias en la mano y dada la disponibilidad de tener operativo un fast ferry para poder llevarla a cabo, supondría una demanda necesaria para cubrir costes de 549 personas diarias. El número máximo de personas que estarían dispuestas a dejar el coche o no utilizar los transportes públicos terrestres para ir desde Huelva a Cádiz, no pasaría de los 222.

La zona de influencia, el estudio de las personas que han realizado el trayecto por otros medios, el tipo de embarcación que sería necesario para operar la línea incluso la reglamentación de que la misma, si parte del Muelle de Levante tenga que ir a baja velocidad por el tramo de la ría, parecen lo suficientemente desalentadoras como para poder augurar un futuro inmediato con una naviera que pueda acceder a prestar dichos servicios. Ni tan siquiera la posibilidad de acceder a una subvención, dado que todavía no han sido convocadas y la complejidad de cumplir todos los trámites, pueden favorecer una línea marítima que, al menos con los números aportados ayer, sería claramente deficitaria.