Enfermos de cáncer que reciben radioterapia en el Hospital Juan Ramón Jiménez, donde está centralizado el servicio de la provincia, denunciaron ayer las constantes averías en el acelerador lineal que aplica sus tratamientos, estropeado por tercera vez en tres semanas.

Una de las enfermas, Esperanza Sánchez, dijo a Efe que las averías en este servicio "son una constante", además de que "es especialmente grave, ya que ayer [por el jueves] fue fiesta en Huelva, hoy hay avería y los fines de semana no hay radioterapia, de modo que el tratamiento se interrumpe durante cuatro días, con lo que nadie nos puede garantizar su eficacia". Sánchez lamentó que el pasado agosto se tardara más de tres días en solucionar el problema, "y mientras que algunos pacientes recorren treinta kilómetros, algunos tienen que viajar decenas de kilómetros para recibir el tratamiento y en numerosas ocasiones tienen que darse la vuelta sin haber recibido la sesión".

Les informaron de que la maquinaria fue adquirida en torno a 2007 y que se estropea por el propio uso y esperan renovar los equipos en enero con la donación de la Fundación Amancio Ortega, que en mayo pasado firmó un acuerdo con la Junta para destinar 40 millones para la instalación de 25 aceleradores lineales para radioterapia.

Las máquinas, según la misma fuente, suelen ser arregladas por un equipo técnico del mismo hospital, aunque los repuestos son complicados de encontrar por su antigüedad. Ayer mismo, la Unidad de Oncología Radioterápica del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva, en el que está integrado el Juan Ramón Jiménez, negó que se produzcan averías "constantes" en el acelerador lineal. De esta forma desmintió la denuncia realizada por los enfermos.

Según informaron a Efe fuentes del Complejo Hospitalario, de esas tres averías la unidad sólo confirmó una, registrada el pasado 22 de agosto, en uno de los dos equipos con los que cuenta el centro y de carácter "leve", resolviéndose la incidencia, totalmente imprevista en pocas horas.

Respecto a lo sucedido ayer precisaron que no se ha averiado el acelerador, sino la puerta de acceso al búnker donde está instalado el equipo, por lo que "la máquina al no detectar que la puerta está correctamente cerrada no irradia para evitar accidentes, ya que es una instalación altamente segura".

En este sentido, indicaron que el hecho de contar con un segundo acelerador permite tratar a los pacientes en esa segunda máquina, "algo que ya se ha comenzando hacer hoy mismo".