Cuidado de la piel

Los diez bulos de la fotoprotección

  • Los expertos alertan de la necesidad de utilizar cremas solares en días nublados y durante el invierno

La fotoprotección es especialmente importante en los más pequeños.

La fotoprotección es especialmente importante en los más pequeños. / Alberto Domínguez (Punta Umbría)

Son bulos. Mentiras que cobran un especial protagonismo durante los meses de verano y que tienen poco o nada de ciertas. Con la llegada del periodo estival, las playas se llenan de personas que aprovechan hasta el final los rayos de sol y que se pasan horas y horas tumbados en la arena. Para muchos, el gran objetivo es conseguir ese moreno tan deseado y por el que incluso llegan a prescindir de las cremas solares. En este sentido, alertados por el gran riesgo que corre la población en estas fechas, son muchos los expertos que advierten del cuidado que debemos tener con la piel.

Desde el Instituto Salud Sin Bulos y la Asociación de Profesionales de la Farmacia (ASPROFA) han editado en estos meses el Decálogo de bulos en fotoprotección con el objetivo de demostrar las falsas creencias y concienciar sobre el uso correcto de los protectores. En dicho documento, los expertos tratan la duración del producto, la necesidad de reaplicarlo tras el baño si es resistente al agua y también la necesidad de utilizarlo en días nublados e incluso durante el verano.

Así, entre los bulos, destacan diez de ellos. El primero es que los protectores no deben usarse de un año a otro porque pierden sus características. A continuación, le sigue el hecho de que hay distintos productos y que cada uno de ellos se diferencian por su textura, remanencia e incluso fotoestabilidad. Seguidamente, los profesionales advierten que el factor de protección (SPF) no indica el tiempo de protección, sino cuantas veces se puede estar expuesto al sol. Asimismo, señalan que ninguno bloquea la radiación en su totalidad y que en ningún caso dos cremas aportan más eficacia que una. Para continuar con los bulos, los médicos hacen hincapié en que una aplicación diaria no es diferente, sino que es necesario reaplicarse la crema cada dos horas como mínimo y que en invierno este hecho debe mantenerse porque la radiación solar también atraviesa las nubes en esta época del año.

De igual forma, tanto el Instituto Salud sin Bulos como la Asociación de Profesionales de la Farmacia comentan que los protectores no impiden que las personas se pongan morenas ya que siempre hay una cantidad de luz que incide sobre la piel, por mínima que sea; y que tanto las pieles morenas como las blancas deben usar cremas, ya que ninguna queda libre de los daños del sol. Para finalizar con el decálogo, destacan la importancia de reaplicar aquellas cremas que prometen ser resistentes al agua, ya que tanto los baños como las toallas pueden hacer que estas pierdan la eficacia.

Con este documento, los expertos buscan concienciar a las personas para evitar quemaduras en la piel o problemas de una mayor gravedad como el cáncer. En este sentido, es la médica de familia del Hospital Juan Ramón Jiménez, Victoria Guevara, quien indica que “los protectores solares no nos sirven de un año para otro porque se contaminan con bacterias, lo que genera que muchas personas acudan a la consulta por dermatitis e infecciones de los poros de la piel”. La médica comenta que “a veces tenemos la costumbre de dejarlos en la playa o en la piscina al sol y eso hace que los componentes se transformen en otros compuestos que no generan el mismo efecto”.

Además, en cuanto a los tipos de protectores, señala la necesidad de que tengan filtros estables, que tengan una adherencia correcta y que protejan de las distintas radiaciones, mientras que con respecto a los más pequeños, Victoria Guevara resalta que “la mejor protección siempre es a partir de cincuenta, pero no sólo para los niños, sino también para los adultos porque si nos echamos una más baja apenas sirve”. Para ella, uno de los bulos más adquiridos en la población es la creencia de que los protectores impiden el moreno, a lo que responde que “cuando la piel está blanca nos ponemos la crema para que ejerzan la función de la melanina, y aunque es cierto que conforme nos ponemos morenos nuestra piel tiene más protección propia en el núcleo de las células, en ningún caso estos productos impiden que cojamos más color”. Asimismo, advierte que no debemos aplicar dos tipos de cremas diferentes porque “una crema bien aplicada, con un factor 50 y con la frecuencia indicada no debe dar ningún problema y de hecho en muchos estudios se ha demostrado que es cierto que este tipo de protección es la correcta para el cuidado de la piel”.

En este sentido, y según la Organización de Consumidores y Usuarios, las mejores cremas solares son las de Garnier, Biotherm e Isdin, esta última, recomendada especialmente para los más pequeños.

Para aquellos que piensan que una vez al día es suficiente, Victoria Guevara hace hincapié en que “la crema hay que echársela una hora o media hora antes de exponernos al sol y posteriormente debemos renovarla, incluso las protecciones que son del 50 porque la eficacia puede perderse” mientras que en invierno “los filtros solares indicen sobre las nubes aunque estemos en una época del año en la que no nos exponemos tanto, por lo que la crema sigue siendo necesaria” e indica que “lo mismo ocurre en los días nublados que vivimos en verano, ya que la gente no siente calor y sin embargo, el riesgo también es el mismo”.

El hecho de que las personas más morenas no necesitan echarse crema es contradictorio para la médica, que afirma que “es cierto que la melanina que tienen protege su núcleo, pero deben echarse protección porque así evitan principalmente las quemaduras y el cáncer de piel, cuyo factor principal es precisamente el sol”.

Con todo, los expertos refuerzan la necesidad de ir a la playa y de disfrutar del verano, aunque eso sí, con especial cuidado en cuanto a nuestra piel, ya que podemos sufrir daños importantes y graves aunque en un principio puedan ser imperceptibles.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios