15-M | Huelva se mueve

La eterna demanda que llega a la calle

  • El tono se ha elevado estos últimos meses, en los que los empresarios han tomado el mando de la petición de infraestructuras consideradas claves para el desarrollo de Huelva

No había pasado antes de declaraciones institucionales, manifiestos y concentraciones puntuales. Poco más que gestos sin respuesta. Ahora toma cuerpo con una manifestación, a celebrar en menos de dos semanas, que pretende ser multitudinaria. Nunca antes se había echado a la calle la provincia de Huelva para reclamar la deuda histórica que se denuncia en materia de infraestructuras. Es mucho más que un tren AVE y que algunas carreteras. La demanda se centra ahora en una serie de actuaciones básicas para contribuir al desarrollo económico onubense pero se extiende realmente a la llegada de inversiones que acaben con el aislamiento al que la condena su posición arrinconada en el mapa.

Los empresarios llevan reclamando hace años en Huelva la llegada de partidas específicas en los Presupuestos para el ferrocarril, las carreteras y el agua en el campo. La demanda ha ocupado muchos discursos, reuniones con representantes políticos y declaraciones a la prensa. Por eso son ellos los que han dado el golpe en la mesa para liderar una gran movilización social que eleve el tono y se convierta en un grito de la población ante el que no puedan hacer oídos sordos las administraciones.

Fue la Federación Onubense de Empresarios (FOE) la que emprendió el camino hace poco más de un año, el 29 de enero de 2018, cuando aprobó un “documento de prioridades” con exigencias dirigidas al Gobierno central y al de la Junta de Andalucía, después de entender que se había “tocado fondo”, que “la paciencia” había llegado “a su fin”.

El listado elaborado por la institución que preside José Luis García-Palacios Álvarez, hecho público en un comunicado, hablaba de “inversiones elementales de base”, concretadas, en cuanto al ferrocarril, en la conversión de la línea Huelva-Sevilla a la alta velocidad, la modernización de la Huelva-Zafra, y la ampliación de los horarios con destino y procedencia con Madrid. Y en cuanto a la red viaria, en el desdoble de la N-435 y la conexión de esa carretera con la Ruta de la Plata, los accesos de la A-49 con la costa, el desarrollo del área metropolitana de Huelva y la conexión del Parque Científico y Tecnológico de Aljaraque con la A-49.

No faltaban en ese catálogo las infraestructuras hidráulicas, con la conclusión de la presa de Alcolea, la construcción del Canal de Trigueros, y las canalizaciones del embalse del Andévalo, además de las necesidades energéticas, relacionadas con las redes de distribución eléctrica para completar el mallado provincial, y las de gas natural licuado.

También se anotó el “especial interés” del dragado de la Ría para la ampliación del calado en el Puerto, un plan de regeneración del litoral a medio y largo plazo, así como la agilización de los trámites administrativos de que depende en estos momentos el aeropuerto Cristóbal Colón, proyecto empresarial para el que, sin embargo, no se reclaman inversiones por nacer en el ámbito privado.

Todas estas peticiones se concretaron entonces en sendas cartas dirigidas al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, del Gobierno de Mariano Rajoy, y a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, a quienes se les solicitaba una reunión. Los sindicatos UGT y CCOO se unieron dos días después, al igual que la Cámara de Comercio, a las demandas de los empresarios para crear un frente común, mientras desde el Ayuntamiento y la Junta se apuntaba con el dedo a Madrid.

La delegación de agentes sociales onubenses desplazada el 1 de marzo al Ministerio de Fomento, con José Luis García-Palacios al frente, no fue ajena a la precariedad del tren Alvia que sale desde Huelva: una nueva incidencia les hacía llegar con retraso a la capital. Aunque desde la FOE se saludó la vía de diálogo abierta, las organizaciones sindicales reprocharon la falta de compromiso del ministro del Partido Popular.

De la Serna también recibió el 6 de abril al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, y al presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo. No hubo avances significativos y ambos denunciaron después que el proyecto de la alta velocidad para Huelva parecía descartado.

Nuevas promesas

Las tornas cambiaron en menos de un mes, cuando el ministro pasó por Huelva el 4 de mayo para el acto de inauguración de la nueva estación de trenes, esta vez con la enésima promesa del AVE bajo el brazo, con inversión de 1.100 millones y la publicación del Estudio Informativo previsto para junio, pero sin más plazos de ejecución.

Nada se publicó después y un nuevo Gobierno irrumpió en la Moncloa. Pedro Sánchez era presidente y dejaba Fomento en manos de José Luis Ábalos, a quien al momento pidieron cita empresarios y sindicatos onubenses.

Ya entonces, FOE, CCOO y UGT se habían reunido con diputados y senadores populares. No hubo igual suerte con los socialistas, a quienes también se había solicitado audiencia tres meses antes. Ni con la presidenta de la Junta.

Sí se reunieron de nuevo Cruz y Caraballo con el ministro Ábalos, del que sacaron una promesa similar a la avanzada en Huelva por Íñigo de la Serna: línea de alta velocidad y una conexión ferroviaria de sólo media hora con Sevilla.

El verano no dejó más avances y las continuas incidencias en los trenes de Huelva incrementó la indignación y acabó precipitando los hechos. Nuevas reuniones en el Ministerio sin resultados aparentes llevaron a los empresarios a apuntar en octubre que habría que echarse a la calle.

La idea la llevaron los independientes al Ayuntamiento y la Diputación, cuyos plenos aprobaron en noviembre y diciembre, por unanimidad de los grupos políticos, la organización de una gran movilización, que tuvo el respaldo “sin fisuras” de la FOE.

Pero aún hubo tiempo después para un nuevo golpe en la mesa ante la falta de acción. El 9 de enero fue cuando José Luis García-Palacios apremió para la inmediata convocatoria de la manifestación, y todos los mecanismos se pusieron en marcha.

El alcalde de la capital y el presidente de la Diputación, como principales representantes de la provincia, fueron designados para liderar la organización, para cumplir el mandato de sus corporaciones. El 15 de marzo es el día señalado. Y en la mente de todos está el 3 de marzo de 1988, cuando la mayor movilización de Huelva logró la Universidad. Vuelve el espíritu del 3-M.

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