Huelva

Un estudio con sello onubense da con la siesta perfecta para prevenir las arritmias

El cardiólogo Jesús Díaz-Gutiérrez, del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, posa para los fotógrafos durante una entrevista en el marco del Congreso de la Salud Cardiovascular (SEC).

El cardiólogo Jesús Díaz-Gutiérrez, del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, posa para los fotógrafos durante una entrevista en el marco del Congreso de la Salud Cardiovascular (SEC). / Jorge Zapata (EFE)

Es terminar de almorzar y que nuestro cuerpo experimente una sensación de declive, a la cual se tiende a responder -de forma natural- con la siesta, un hábito muy extendido en los países mediterráneos, pero que, a diferencia de lo que pudiera pensarse, también se practica en otros no mediterráneos. Huelva, "por tener un entorno tan excelente insertado dentro de la cuenca mediterránea", tampoco es ajena a esta 'cabezadita' que, para bien o para mal, tiene efectos en la salud. Así lo explica a este diario Jesús Díaz-Gutiérrez, cardiólogo del hospital Juan Ramón Jiménez e investigador y primer firmante de un estudio sobre la interacción entre la siesta y el sueño nocturno con la incidencia de fibrilación auricular que se presentó en el Congreso SEC23 de la Salud Cardiovascular. 

La siesta es, indudablemente, "un hábito apetecible y seductor" porque, en palabras del especialista, "es necesario un tiempo de reposo y descanso en mitad del día, tras el almuerzo". No obstante, cada siesta es un mundo y, según ha probado este cardiólogo, los patrones del sueño "pueden influir en la salud cardiovascular de las personas". Ejemplo de ello es que las siestas excesivamente largas para compensar un déficit del sueño no representan un hábito saludable, de ahí que la recomendación pase por "una mejora de la higiene del sueño nocturno que permita, por ende, realizar una siesta corta". 

El referido estudia refleja que este hábito "influye cada vez más en la salud cardiovascular" y tanto es así, que un tiempo excesivo de sueño puede llevar "a la interrupción del ritmo cardíaco normal o a un sueño nocturno más corto, lo que también se asocia a mayor riesgo cardiovascular y mortalidad", según recoge el investigador.

Cardiólogos del Hospital Juan Ramón Jiménez tratan la fibrilación auricular de un paciente mediante ablación. Cardiólogos del Hospital Juan Ramón Jiménez tratan la fibrilación auricular de un paciente mediante ablación.

Cardiólogos del Hospital Juan Ramón Jiménez tratan la fibrilación auricular de un paciente mediante ablación. / M. G.

Los resultados principales del estudio liderado por este profesional del hospital onubense demuestran que aquellas personas que duermen una siesta corta -entendiéndose esta como inferior a 30 minutos al día- tienen "menor riesgo de desarrollar la arritmia cardíaca conocida como fibrilación auricular", expone Jesús Díaz-Gutiérrez, toda vez que añade que también tienen menor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular "aquellos que duermen entre seis y ocho horas todas las noches". De hecho, prosigue, las siestas inferiores a la media hora se asocian con "la disminución de la presión arterial y del estrés, con la mejora del ritmo circadiano y, en definitiva, con tener un impacto positivo en la salud cardiovascular". 

Pasar de esos 30 minutos de media, sin embargo, pueden derivar en una interrupción del balance entre el sistema nervioso simpático y parasimpático o activar mecanismos hormonales, véase el cortisol o catecolaminas, relacionados con el desarrollo de la ya mencionada arritmia cardíaca. Así, la siesta corta y el descanso nocturno de entre seis u ocho horas, que disminuyen el riesgo de sufrir una fibrilación auricular, parecen estar íntimamente relacionados. 

Es por ello que este cardiólogo, que insiste en que "la siesta limitada a 30 minutos es buena", incide en la importancia del buen descanso nocturno, recomendando a aquellas personas con problemas para conciliar el sueño "estrategias alternativas a la siesta prolongada". En términos generales puede ayudar "intentar tener unas horas antes de acostarse de relajación y de desconectar, no trabajar o hacer ejercicio físico intenso". Igualmente, llama a la necesidad de desconectar de las pantallas de los dispositivos móviles, pues estar 'pegados' a ellas distorsiona los ciclos circadianos.

El cardiólogo del hospital Juan Ramón Jiménez, Jesús Díaz-Gutiérrez El cardiólogo del hospital Juan Ramón Jiménez, Jesús Díaz-Gutiérrez

El cardiólogo del hospital Juan Ramón Jiménez, Jesús Díaz-Gutiérrez / M. G.

Jesús Díaz-Gutiérrez cuenta que ya se conocía, por otros estudios previos, que diferentes patrones del sueño pueden influir en la salud cardiovascular de las personas, si bien la siesta -uno de los factores y estilos de vida investigados-, no había sido analizado específicamente. Es así donde nace en 1999 un proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) que lidera el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y que recluta, a lo largo de los años, a más de 20.000 personas para el estudio.

Todas ellas, desinteresadamente, quisieron contribuir con sus datos, hábitos de vida, variables clínicas y factores sociodemográficos, sometiéndose a un seguimiento prolongado en el tiempo. Además de la incidencia de la siesta -probada por esta investigación-, también influye negativamente en la fibrilación auricular el consumo perjudicial de alcohol, la obesidad, la hipertensión arterial, el sedentarismo, el tabaquismo, la apnea del sueño y el cada vez mayor envejecimiento de la población.

A modo de valoración sobre los hallazgos, Díaz-Gutiérrez reconoce que "no deja de ser sorprendente" que la siesta corta y el buen descanso nocturno "estén asociados con un menor riesgo de fibrilación auricular". Es por ello que no deja de insistir en la importancia de la cabezada de media hora como máximo y las seis u ocho horas de sueño nocturno, siendo esto un factor más a tener en cuenta en la prevención de enfermedades cardiovasculares. 

Tratamiento de la fibrilación auricular en el hospital Juan Ramón Jiménez. Tratamiento de la fibrilación auricular en el hospital Juan Ramón Jiménez.

Tratamiento de la fibrilación auricular en el hospital Juan Ramón Jiménez. / M. G.

El siguiente paso que quiere alcanzar este especialista es "replicar los resultados del trabajo en otras poblaciones y realizar más estudios y análisis que los confirme, además de valorar si es lo mismo no dormir siesta que dormir una siesta corta". Agradece, igualmente, a todo su equipo, pero también a los más de 20.000 participantes en un estudio de gran impacto en la salud y con sello onubense. 

Es una evidencia más de "lo orgulloso que hay que estar" del servicio de Cardiología del hospital Juan Ramón Jiménez porque "mantiene una actividad clínica de altísimo nivel donde se atiende a toda la población onubense desde un punto de vista integral" y, expone el cardiólogo, "fruto de esa atención clínica surgen las preguntas sobre aquellos aspectos a donde el conocimiento no llega". Son las investigaciones de los propios sanitarios las que acaban permitiendo una mejor actividad asistencial y un mejor pronóstico de las personas. 

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