Huelva

Con la cálida luz de seis candeleros

  • Los hermanos del Nazareno sí encendieron los cirios a pesar del canon de limpieza establecido por el Ayuntamiento · Se despidieron con 'Campanilleros', porque así lo deseaban las Hermanas de la Cruz

Sólo hicieron falta seis candeleros para alumbra en la noche de ayer el rostro hermosos de María Santísima de la Amargura, con dos fanales a sus pies del paso del Nazareno y dos guardabrisas de su antigua peana, en la trasera la luz de los faroles que alumbró al Santo Padre Juan Pablo II en su misa en Huelva en 1993. La Virgen sola, sin San Juan, pero acompañada por su hermandad y el pueblo de Huelva. Por palio, el cielo estrellado y anunciando su presencia la luz de seis ciriales en alto. En este traslado sí se encendieron los cirios que portaban los hermanos, aunque eso fue pasada ya la calle La Paz. No ocurrió así a la ida, como ya informamos en nuestra edición del pasado lunes, cuando así optó la hermandad para evitar el canon establecido por el Ayuntamiento para las procesiones fuera de Semana Santa destinado a la limpieza por el residuo de cera en las calles.

El triduo anual del mes de noviembre concluyó ayer con una solemne función que presidió el obispo de Huelva, José Vilaplana, en la fiesta de San Leandro, Patrón de la Diócesis. Este año con la especial novedad que los cultos se trasladaron hasta la capilla de las Hermanas de la Cruz, forma con la que la Hermandad del Nazareno se une a la celebración del centenario de la llegada de las Hermanas de la Cruz a nuestra ciudad.

Para el traslado se esperó a que concluyera la sabatina en la iglesia de Santa María de la Esperanza, desde donde tenía que salir el paso del Corpus de San Francisco donde se situaría la imagen, colocada en la puerta de la capilla y es que la dimensión de la puerta impide la salida de ningún paso. La Amargura salió en parihuelas y tras ser colocada en el paso la Banda de Música de las Mercedes de Bollullos par del Condado todo Campanilleros y es que así lo habían pedido las Hermanas de la Cruz que a las puertas de su iglesia despidieron a la Virgen de la Amargura que fue puesta frente a ellas, la portaban sus costaleros, con Paco Herrera y Antonio de la Corte mandando el paso. Llevaba flores blancas predominando los crisantemos, los mismos que fueron puestos al monumento de Santa Ángela de la Cruz. Entró la Amargura por la calle Nuestra Señora de la Esperanza con la marcha de la coronación canónica de la Reina de San Francisco y así hasta el dintel de su puerta donde le recibía la junta de gobierno de esta hermandad, la Esperanza en su camarín vistiendo de negro como es propio en el mes de noviembre. Un lugar de muchos recuerdos, tanto de su visita en la Madrugá como por los años que aquí estuvo acogida mientras duraron las obras de restauración de la parroquia de la Purísima Concepción. La Amargura, de nuevo frente a la Esperanza.

En el cortejo participaron la Hermandad de la Purísima Concepción, así como la Hermandad del Nazareno de Niebla, cuya nueva imagen fue amadrinada la pasada Cuaresma por la de Huelva. Por aquí siguió su mismo itinerario de Semana santa hasta la calle Rascón cogiendo hacia la Concepción y Méndez Núñez. Tampoco en este día se procedió a la bendición de la nueva calle de Virgen de la Amargura.

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