La antigua lonja de pesca del Puerto de Huelva deja atrás medio siglo de historia

La empresa navarra Erri-Berri comienza los primeros trabajos de demolición del edificio que había quedado sin uso

Las primeras paredes de la lonja antigua comenzaron a caer a primera hora de la mañana de ayer.
Las primeras paredes de la lonja antigua comenzaron a caer a primera hora de la mañana de ayer. / Josué Correa
Óscar Lezameta

Huelva, 01 de diciembre 2021 - 06:06

Desde que el pasado 12 de marzo la presidenta del Puerto de Huelva, Pilar Miranda, inaugurara las instalaciones de la nueva lonja de pesca, el antiguo edificio que albergó las subastas de las capturas del día, comenzó a contar los días de cara a un final que comenzó a escribirse poco después de las 9:00 de ayer. En ese momento, los operarios y la maquinaria de la empresa navarra Erri-Berri comenzaban a demoler unas instalaciones que en su interior permanecían despojadas de todos los elementos que le dieron vida en el pasado.

Apenas a una decena de metros, se encuentran las responsables de su final. Unas modernas instalaciones, en los que la subasta se clasifica y se vende con las últimas normas de calidad e higiene y mediante métodos electrónicos, como ocurre en la mayoría de puertos nacionales. Los gritos con los precios de cada especie y las cajas de madera que durante décadas poblaron el interior del edificio eran cosa del pasado.

Aunque las primeras instalaciones destinadas a la venta de pescado datan de 1983, para recordar la apertura del edificio que comenzó a demolerse, es necesario remontarse hasta el año 1969 cuando el Puerto de Huelva lleva a cabo una reordenación de todas sus actividades que le lleva a abrir los puentes sobre los ríos Odiel y Tinto, además del muelle de petroleros en Torre Arenilla, germen del que hoy es el Puerto Exterior. Las instalaciones que ayer comenzaron a derribarse, comenzaron a funcionar en el mes de octubre de 1970 y apenas una década después se convirtieron en uno de los principales mercados de pesca fresca de todo el litoral español. Hubo que esperar hasta el año 2007 cuando se produce la mecanización y una primera informatización de sus instalaciones y catorce años más para ver que estás estaban superadas.

Los trabajos se prolongarán a lo largo de la próxima semana.
Los trabajos se prolongarán a lo largo de la próxima semana. / Josué Correa

Las obras de la nueva lonja se presentaron en sociedad el 26 de julio de 2016, cuando todavía a la sombra del antiguo edificio, se daba el pistoletazo de salida a unas instalaciones que debían suponer la apertura del edificio a la ciudad, la puesta en valor de una zona urbana hasta ahora reservada a los profesionales. Las consecuencias de la pandemia y problemas de ajuste con los equipos informáticos retrasaron su apertura hasta mediados de marzo de este mismo año, cuando la empresa Pescados y Mariscos Hermanos Felipe comenzó a administrar una superficie de 2.280 metros cuadrados.

El nuevo edificio contó con un presupuesto de 6,9 millones de euros para dar forma a una idea del arquitecto José Álvarez Checa ejecutado por la empresa Sando. Además de las instalaciones destinadas a los mayoristas, oficina, acceso de vehículos, cámaras frigoríficas, lavado y almacén de cajas, una pequeña fábrica de hielo para la conservación de las capturas hasta el momento de su venta y sala de clasificación y recogida de las capturas vendidas, el corazón de las instalaciones lo constituye el anfiteatro de la sala de subastas, donde los compradores pueden ver en una cinta transportadora el fruto de la faena de los barcos pesqueros recién desembarcada en el muelle y con un mando electrónico parar la cuenta regresiva hasta que alguien se hace con la mercancía. Todo ello con un control exhaustivo y una trazabilidad en la que se recogen los datos de la especie, el barco que la pescó y el precio pagado por la misma.

De hecho, la inversión comienza a dar sus frutos, toda vez que la pesca desembarcada en la capital onubense ha crecido en los diez primeros meses del año un 6,05%, mientras que en el mismo mes del año anterior, la caída era próxima al 30%.

El proyecto de derribo fue adjudicado a la empresa Erri-Berri, que se hizo con el proyecto de demolición parcial de la lonja y de los módulos de exportadores del Muelle de Levante del Puerto de Huelva. Éstos últimos serán derribados conforme vayan trasladándose a la Ciudad del Marisco, siguiente infraestructura que será inaugurada en breve por la Autoridad Portuaria y que cuenta con 41 módulos destinados a los exportadores. La empresa es conocida en Huelva por haber llevado a cabo la demolición del edificio de Crustamar, así como algunos de los antiguos astilleros que se encontraban en desuso. El presupuesto de los trabajos fue ligeramente superior a los 700.000 euros y sus responsables aseguraban en el mañana de ayer poco después de iniciarse el desmantelamiento que estarán terminadas en un plazo de una semana.

Imagen del interior de la antigua lonja poco antes de comenzar su demolición.
Imagen del interior de la antigua lonja poco antes de comenzar su demolición. / Josué Correa

La remodelación del Muelle de Levante aprovechará el espacio

La intención de los responsables portuarios es continuar con la reurbanización de todo el espacio del Muelle de Levante, para lo que adjudicó a la empresa CBRE la oficina de gestión que llevará a cabo un estudio de mercado en el que se definirán los productos considerados como óptimos para esa reurbanización, así como la comercialización de los mismos. La marina deportiva es el proyecto estrella de esa nuevo espacio que supondrá una apertura urbanística de toda la ciudad al disfrutar de un espacio que hasta ahora permanecía al margen de su utilización por la ciudadanía y que desde ayer ha dado un paso más para transformarse por completo.

En este sentido, la presidenta del Puerto de Huelva, Pilar Miranda, reconoció que “el Puerto de Huelva inicia desde hoy el derribo de la antigua lonja y posteriormente continuará con las naves de exportadores que vayan quedando desocupadas, por lo que la demolición total de estas instalaciones dará paso al proyecto de remodelación del Muelle de Levante, que cambiará la imagen de Huelva en el mundo y ejercerá un verdadero efecto tractor de nuevas inversiones relacionadas con actividades comerciales, de restauración, culturales, deportivas y de ocio”.

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