Vida artificial

Bailando con chocos

Vida artificial
Vida artificial
Mariaperezmateo@Hotmail.com / María Pérez Mateo / Huelva

29 de julio 2012 - 01:00

A la Aurelia Aurita le ha salido un replicante. Como tantas cosas en la vida, artificial. No contenta con nadar al ritmo de las corrientes marinas, esta medusa de laboratorio está dispuesta a picarnos un poco más. En el corazón. Falta nos hace.

La Aurelia es una medusa común. Está en todas las aguas continentales. En algunos lugares es un suculento bocado, una vez hervida y macerada en aceite de sésamo. Sinceramente, aunque nunca la he probado, salvo en el roce de la piel, yo prefiero chocos, navajas y cañaíllas. También son músculos contractivos pero… qué ricos están. Son.

Kit Parker y John Dabiri, padres genetistas, han moldeado este medusoide con fines científicos. Excelentes fines. ¿Por qué?, como diría mi bellísimo Mou, porque al sumergirla en un líquido que transmite impulsos eléctricos, se contrae. Se contraen sus músculos y, como bien saben, la contracción es la llave de la vida. Que se lo digan al corazón. Cuando leí la noticia, me la tomé a broma. Una medusa artificial compuesta de ADN de rata y ¡silicona! De ratas no quiero hablar. Las odio. De la silicona, no mucho más. Pero la silicona, piénselo, también es marina. Y artificial. Cuántas medusas se posan en el pecho de jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y 98 años y nadie se asusta. Pican de otra manera. Bombean a otro son. ¿Se han dado cuenta de que en nuestras playas cada día florecen más medusas de silicona a 3.000 euros el kilo que van desde la formación "todo-en-una-mano.com" hasta la especie súper-mega-sombrilla cruzcampo.es? La virgen del díptico de Melum de Jean Fouquet nunca se pareció más a lo artificial de hoy. Menos mal que nos queda la Venus de Milo. Culminación de una idealidad con tendencia (escasa) a ser real. Aurelia Aurea en todo su esplendor.

Lo de la contracción muscular también da mucho juego, pero no deseo describir los méritos del trinquete de Rocco. Sin duda, el mayor de los juegos reside en que esa contracción salvará muchas vidas dando ritmo al corazón. Sí, artificial, pero esa medusa nos picará dentro de nuestro pecho regalándonos vida. Que así sea. Pronto.

Lo artificial se ha convertido ya en obra de arte. En la mejor de las obras de arte, la vida. Que prosigan las investigaciones. Con siliconas y ADN de ratas. Que brillen las tetas artificiales en la playa como Rubens las dio a entender. Pero que brillen también en toda su hermosura siliconas en forma de Aurelia Aurita para bombear sangre en corazones deficientes. Qué picadura más feliz la de esta sintética medusa. Alma, corazón y vida, cantaron Los Panchos. Por cierto, si algún día encuentran en las playas de Punta o Isla una 'aguamala', no le 'jinque conchenas' en su umbrela. A lo mejor es un corazón artificial en busca de un hombre bueno. Dios (de laboratorio) quiera que el ADN de rata y la silicona de una "medusoide" nos brinden mejor vida. Más corazón. Más amor.

Nota. Si había alguna duda, y siento defraudar, sobre mí aún no hay ninguna medusa que dé airbag a mi sección áurea, pero no me importaría que una Aurelia Aurita se posara en más de algún corazón que no sabe regalar bondad a los demás.

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