José Sánchez segovia. jefe del servicio de radiofísica del complejo hospitalario de huelva

"Traer el acelerador aquí es poner a Huelva en el mundo"

  • Aboga por un acelerador de alta densidad que sitúe a la provincia en el más alto nivel de la investigación Destaca su repercusión en medicina nuclear, industria aeroespacial e incluso turismo

Está convencido de que Huelva puede convertirse en eje europeo para la investigación y defiende a capa y espada el proyecto que se ha bautizado con el nombre de Lince, un centro de investigación europeo de iones acelerados de alta intensidad, promovido por la Fundación Andaluza Beturia para la Investigación en Salud (Fabis), en colaboración con investigadores de ocho países de la UE. José Sánchez Segovia es miembro del equipo de investigadores que trabaja en el desarrollo de este acelerador de partículas. Nos recibe, a pesar de ser su día de descanso, en su pequeño despacho del hospital Juan Ramón Jiménez, donde explica con detenimiento las ventajas de traer a Huelva "la máquina", que "revolucionaría" la investigación y permitiría avances en energías renovables, aeronáutica o producción de radioisótopos para el cáncer .

-¿Por qué apostar por un acelerador lineal de alta intensidad para Huelva?

-Porque en Europa no hay ninguna instalación similar y ya se ha puesto de manifiesto esa carencia y la necesidad de cubrirla.

-Y ¿por qué es tan importante cubrirla ?

-Por varios motivos: hay una línea de investigación importante en Alemania que trata de buscar elementos con más protones y neutrones en su núcleo. Necesitamos elementos capaces de soportar ciertas temperaturas.

-Además de la investigación, qué otra aplicaciones tiene la máquina?

-La fundamental es la investigación, pero además hay industriales o de I+D+I, como la aeronáutica; por ejemplo, en las empresas del Airbus, porque todas las placas se chequean con alta radiación. Eso es una oportunidad de negocio muy importante. Además, hay aplicaciones para la astrofísica. Hay muy pocas instalaciones que sean capaces de emular el comportamiento de las estrellas... Y el sector médico, en el que hay una aplicación prioritaria que es la creación se isótopos radiactivos. Además de la industria auxiliar, está claramente dirigida a esto esta máquina.

-¿A la producción de Tecnecio 99 (el isótopo radiactivo más utilizado en procedimientos de diagnóstico de medicina nuclear)?

-En Andalucía se consumen 5 millones de euros al año, más lo que se consuma en el ámbito privado. Ahora hay una empresa que lo suministra desde Bélgica, otra en Rusia y otra en Canadá. En Andalucía hay unos 12 servicios de medicina nuclear. En Madrid puede haber cerca de 20. El campo es extensísimo.

-¿Qué capacidad de producción tiene?

-Para suministrar a toda Europa.

-¿Hay carestía de Tecnecio 99 en Europa?

-Sí. Y esa carestía compromete el diagnóstico médico. Las paradas del reactor de Bélgica han provocado carestía. Por eso el Consejo de Seguridad Nuclear propone su fabricación, y en Huelva, la capacidad de crear tecnecio 99 sería altísima.

-¿El acelerador permitiría experimentar nuevos tratamientos?

-Se podría avanzar en la radioterapia dirigida, para actuar justo en el lugar en el que se encuentran las células cancerígenas.

-¿Y podría destinarse a curar determinados cánceres u otras enfermedades?

- Con el acelerador en el que trabajamos ahora, no. Únicamente el melanoma uveal. En España puede haber 800 casos al año y con esta máquina se podría tratar con un haz directo de protones. Ahora, si tuviéramos la máquina aquí sería fantástico poner al lado la protonterapia.

-Se usa para el tratamiento de determinados tipos de cáncer y lo peculiar de este tipo de radiación es la disposición de la energía. Después de eliminarse el tumor, no radia a los tejidos sanos, y antes del tumor, la dosis es el 20 o 30% de entrada. Es el sistema perfecto. La precisión que hay que tener es elevadísima y toda la tecnología que hay detrás es carísima. Es el único inconveniente de la protonterapia.

-¿No hay instalaciones de este tipo en España?

-Ojalá fuéramos en España la primera instalación de protonterapia. Por desgracia no hay ninguna y somos de los pocos países que no la tienen.

-¿En ese proyecto participan los investigadores de Huelva?

-España está en este proyecto. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) de Madrid tiene encomendada esta tarea. Precisamente por eso el Ciemac se unió a nosotros cuando supo del proyecto que se impulsó anteriormente desde la Universidad. Además hay otros proyectos aeronáuticos que buscan reproducir el comportamiento de las estrellas o la interacción de la radiación solar con los satélites o aviones que vuelan por encima de 10.000 metros, etc.

-¿Y el acelerador es capaz de reproducir todo ello?

-Efectivamente.

-¿Qué le hace pensar que si hubo problemas con una inversión de 15 millones, que es lo que precisaba el proyecto anterior, no los va a haber con una de 200 millones, que es el presupuesto para el Lince?

-El problema de los 15 millones es que la Universidad tenía que pagar el 20% y luego hacerse cargo del mantenimiento y eso supone al menos un 10% del coste que se lleva en mantenimiento entre investigadores y técnicos. Eso requiere una inversión y la universidad desgraciadamente no podía asumirlo. El momento económico era el momento económico...

-¿Y a hora no hay ese problema?

-Esto es una instalación de la que debe responder el Gobierno español. Además, el proyecto de antes estaba demasiado verde, no hubo tiempo suficiente... Ahora está muy adelantado, hemos rediseñado la instalación y en el momento de tenerla claramente definida, nos presentaremos para recibir la subvención.

-¿Qué supondría para Huelva traer aquí esa infraestructura?

-Sólo de investigadores serían unos 200 anuales los que vendrían a Huelva, con todo lo que eso conlleva: visita de familiares, vacaciones del entorno de los investigadores, etc. La infraestructura tecnológica que supondríav no la podemos ni imaginar, pero lo que está claro es que Huelva se situaría en el mundo. La instalación sería puntera en España y comparable a las de Suiza, Francia, Italia o Gran Bretaña.

-¿Hay empresas de Huelva que pueden participar con su I+D+I?

-Sí, sí, por supuesto. Una empresa de Huelva ya ha estado con nosotros y quiere seguir haciéndolo como sea. Ellos han construido un contenedor para intercambiar helio entre una cavidad y un tanque. No hay más de cuatro fabricantes en el mundo que sepan hacerlo y uno de ellos es de Huelva. Mucha gente no sabe lo que tenemos aquí.

-Supongo que sería un fuerte revulsivo para empresas de otros sectores.

-Se vería beneficiado el sector de la aeronáutica. De hecho, hubo empresas privadas que estaban dispuestas a cofinanciar el proyecto anterior, pero como teníamos los fondos Feder no podíamos aceptarlo.

-¿Comercialmente, se podría buscar parte de la rentabilidad del acelerador en ese campo?

-Alter Technology. es un ejemplo. Cada vez que tiene que probar una placa para un Airbus o un satélite se tiene que ir a Suiza o Alemania, paga 1.600 euros la hora de máquina y cada vez que llegan tiene que hacer todo el montaje para chequear la máquina, por lo que son dos o tres días para una hora. No le dan más porque están saturados. Aquí podríamos tener una instalación fija y sería un negocio. Podríamos dar una hora, por ejemplo, por 300 o 500 euros, con pruebas inmediatas... Sería muy provechoso.

-¿Podrían tener sinergias con el proyecto CEUS?

-Muchas.

-¿Ya se han puesto en contacto?

-Sí. Ambos conocemos los proyectos de cada uno.

-¿Qué le diría a la gente que no cree que en Huelva hay el nivel o categoría suficientes para que se instale un centro de las características del Lince?

-Sin caer en el chauvinismo, yo les diría una cosa: que se lo crean. Huelva es apreciadísima por la gente de fuera. Cada vez que hemos organizado sesiones de trabajo con investigadores de otros países ¡se quedan impresionados! Huelva fue pionera en descubrir América, ¿por qué ahora no tenemos esa mentalidad?

-Si el acelerador no viene a Huelva, ¿se lo llevarían a otro lugar?

-Sí. Es muy apetecible.

-¿Qué competidores tenemos?

-En el otro bando están Francia, que ya ha manifestado su interés... También me preocupa Polonia, ellos tienen ya una instalación, tienen protonterapia y una base de físicos nucleares muy buena. Tampoco podemos obviar a Rumanía. Hay que lucharlo.

-¿Alguna fecha como objetivo?

- En 2016 queremos presentarnos con la primera fase. Tendríamos dos años para avanzar y en 2018 nos presentaríamos como infraestructura europea, integrada en la European Strategy Forum on Research Infraestructures (Esfri), entidad que define las infraestructuras científico-tecnológicas de especial importancia para la UE.

-Pero antes, se cerrarán los detalles del proyecto, ¿no?

-En mayo tenemos una reunión en Madrid (8 y 9) en la que se van a discutir las funciones que debe llevar la máquina. En función de eso se definen las características de la máquina y sus aplicaciones. En principio, además de investigación básica, que es lo que fundamentalmente Europa va a financiar, propusimos aplicaciones que puedan ser rentables desde el punto de vista del negocio. Lo interesante aquí es que esas empresas además sean de Huelva y por eso estamos en contacto con la Federación Onubense de Empresarios (FOE) y con la Cámara de Comercio.

-¿Europa subvencionaría el 80% del centro?

-Sí. En la primera fase, si te aprueban el proyecto, te dan el 100%, que son unos tres millones para el proyecto. En la segunda (Esfri), se tiene que diseñar la máquina para ser construida y te aportan también el 100%, unos 15 millones de euros. A partir de ahí la participación es el 70% Europa y el 30% los países del consorcio.

-El proyecto se presenta en consorcio?

-Para presentar el proyecto estábamos 8 países el año pasado. Ese consorcio es esencial para reunimos todos los investigadores periódicamente. Criticamos el proyecto (es como una auditoría) y hacemos propuestas para su presentación. Seguramente participemos los mismos, aunque puede sumarse alguno más. Pero se unirán más seguro.

-Pero, ¿lo impulsa Fabis?

- La fundación colabora, pero es un proyecto gubernamental. La solicitud se tiene que hacer a través de una fundación y por eso utilizamos Fabis.

-El apoyo del Gobierno es imprescindible. ¿Han tenido contactos?

-Aún no. En la última fase del proyecto es necesaria la firma del Gobierno, como garante de que la instalación se va a mantener. Pero confiamos en su respaldo. Lo contrario, no lo entenderíamos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios