Huelva

Santiago Rivero: Del asociacionismo en El Repilado a defender los derechos LGTBI en la Asamblea de Madrid

  • A pesar de vivir en la capital desde hace más de una década, el político y activista, Santiago Rivero, no olvida sus orígenes en El Repilado y recuerda las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes de la Sierra, sin centros educativos completos y con infraestructuras y transportes precarios.  

  • Los delitos de odio se desploman a la mitad durante el último año en Huelva

Santi

Santi / H.I (Asamblea de Madrid)

"Quiero usar mis privilegios para tratar de mejorar la vida de quienes no los tienen". Bajo esta premisa, Santiago Rivero (Huelva, 1988), diputado de la Asamblea de Madrid, lleva más de una década promoviendo un cambio positivo para quienes componen el colectivo LGTBIQ+. 

Natural de El Repilado, Rivero inició su andadura en el mundo del asociacionismo local impulsado la Asociación de ocio jóven 'El gurugú', cuando apenas tenía catorce años. "Es un pueblo pequeño y apenas había oferta cultural. Con la asociación logramos que los jóvenes pudieran hacer excursiones o campeonatos deportivos además de ofrecerles un espacio propio", recuerda. Durante la Universidad continuó esta labor, siendo vicepresidente de la Asociación de Ciencias Políticas 'Babel', una organización destinada a fomentar la participación ciudadana en la política desde el diálogo y la confrontación de ideas. 

Santiago Rivero en la Asamblea de Madrid Santiago Rivero en la Asamblea de Madrid

Santiago Rivero en la Asamblea de Madrid / H.I

A pesar de la distancia, su relación con la provincia continúa siendo muy estrecha: "Huelva es mi tierra y lo seguirá siendo siempre. Es verdad que llevo muchos años fuera pero vuelvo siempre que la actividad política me lo permite. Allí están mi familia y mis amigos", asegura.  No en vano, el diputado reconoce haber descubierto la provincia a raíz de vivir fuera: "Cuando sales es cuando empiezas a extrañar y a querer descubrir lo que tenías al lado. Hay sitios como el tren de las Minas de Riotinto o el Castillo de Cortegana que yo no había visitado viviendo allí". 

Sin instituto ni transportes

Desde que salió de El Repilado en 2006, Rivero ha confirmado una progresión no exenta de dificultades y en las que, como la mayoría de los jóvenes provenientes del mundo rural, tuvo que partir de una situación de desigualdad: "En mi pueblo no tenía la posibilidad ni siquiera de estudiar en el instituto", explica. "Entonces se podía terminar 2º de ESO pero hoy te tienes que ir a Jabugo o a Cortegana" lo que supone una fuerte desventaja con respecto a los jóvenes de las capitales o de Madrid, donde tienes "un catalogo de cinco o seis universidades públicas, una gran oferta de ocio y, donde si además eres una persona LGTBIQ+, tienes un entorno donde socializar y no sentir que estas solo como a veces sucede en los pueblos". 

Santiago tiene claro a quien debe poder haber desarrollado su carrera profesional: "Yo pude estudiar gracias a las becas y a las ayudas de mi familia y en especial de mi abuela pero tenía compañeros que no podían porque, entre otras cosas, tenían que hacer dos horas de camino para llegar desde su casa al instituto"

Santiago Rivero en una manifestación por los derechos LGTBI Santiago Rivero en una manifestación por los derechos LGTBI

Santiago Rivero en una manifestación por los derechos LGTBI / H.I (Madrid)

Precisamente el problema de los transportes sigue siendo una de las reclamaciones históricas de la Sierra de Huelva para salir de su incomunicación. "Hace quince años se tardaban tres horas en llegar a la capital en el tren de Renfe mientras que en coche tardabas hora y media aunque fuera por carreteras que no estaban especialmente bien acondicionadas", recuerda Santiago sobre los días en que tenía que acudir a citas médicas a la capital. En esta tesitura, "la gente elegía elegía la carretera aunque fuese el medio más contaminante", asegura. Aunque esto ha mejorado ligeramente y se tardan dos horas con la línea Huelva-Zafra, Rivero reconoce que esta situación debe cambiar radicalmente: "Tenemos que preservar nuestro patrimonio natural, no podemos meterle más tráfico y más humo a nuestra Sierra"

Educación frente a los delitos de odio  

Desde hace un año y medio, Santiago dedica toda su labor profesional a la defensa de los derechos LGTBI desde la bancada socialista de la Asamblea de Madrid. Una problemática, la de los delitos de odio, transversal y que afecta al colectivo de cualquier latitud. "Los datos son preocupantes, tenemos un incremento de denuncias en casi todas las comunidades porque sigue habiendo delitos de odio". Para paliarlos, la única fórmula, entiende el activista, es seguir trabajando en materia de educación: "Hay que profundizar en el mensaje de que somos todos iguales aunque seamos diferentes, cada uno con sus particularidades ya sea por su orientación sexual, su identidad de género o el color de su piel".

El principal problema al que se enfrenta este colectivo continúa siendo la intransigencia de determinadas posturas sociales y políticas: "Mientras haya partidos que defiendan que hablar de estos temas en las aulas es hacer adoctrinamiento seguirá habiendo delitos de odio a largo plazo" asegura Rivero quien tiene claro que "en el momento en que, desde un Parlamento o desde la tertulia de un medio de comunicación se falsea y se incita al odio, hay muchos locos que ven legitimadas sus ideas agresivas y que nos insultan o agreden por la calle solo por ir de la mano". Unos insultos que, en la mayoría de los casos, ni siquiera llegan a engrosan las estadísticas de odio puesto que, a pesar de existir, no se denuncian. 

En todo caso, se trata de una actitud que Santiago considera "muy cobarde" como es la de atacar a un colectivo que "ya de por sí sufre una discriminación estructural y que tiene menos mecanismos con los que defenderse". 

A pesar de reconocerse muy feliz con su vida en Madrid, Santiago no descarta volver a Huelva en un futuro: "Soy un enamorado de mi tierra y no quiero cerrarme ninguna puerta, nunca se sabe donde estaremos en un futuro". 

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