Solar del desmonte del cabezo de Molino de Viento en el que se levantó el Mercado de Santa Fe.

Esta es una ocasión para estar contentos. Lo he dicho desde que se conoció que el Ayuntamiento que preside Gabriel Cruz había conseguido lo que todos habíamos querido para el antiguo mercado. Y digo todos casi sorprendido, pues en pocas ocasiones ‘todos’ están de acuerdo en algo en el Consistorio onubense y no solo señalo a esta legislatura sino de anteriores.

Se ha salvado una yincana de obstáculos desde que la Policía Nacional abandonó el histórico edificio. Por este largo camino han pasado ayuntamientos popular y socialista, ahora es cuando se consigue que el Ministerio de Fomento consigne una partida presupuestaria del 1% Cultural a la ciudad de Huelva destinado al Mercado de Santa Fe.

Antiguo Mercado de Santa Fe solo con la armadura.

Detalle de la cercha desde el porche de la parroquia de San Pedro.

Pues como digo es una satisfacción para los que nos hemos preocupado desde las páginas de este periódico a reivindicar la atención que este edificio emblemático se merecía. Ahora, cuando se ve que las obras avanzan, pues se siente uno contento.

La construcción del mercado en este lugar tiene muchas lecturas; la primera el plausible deseo de ofrecer a la zona alta de la ciudad un mercado y, además, con un edificio noble para su destino, nada que ver con el antiguo mercado del Carmen.

Sin embargo, su ubicación aquí resultó todo un fracaso, pues la ciudad hacía siglos que había descendido hacia la Plaza de las Monjas, Concepción y Puerto. Pero había que aprovechar el solar dejado por el desmonte del cabezo de Molino de Viento que aquí se entendió servía de poco y su tierra fue utilizada para relleno de las estación de Zafra. Vamos, lo mismo que denuncié aquí del yacimiento arqueológico del Seminario, cuya tierra sustraída fue a parar al relleno de la estación que según decían traía el Ave y es un mero apeadero.

Este fallo logístico en Santa Fe hizo que se pensara en darle nuevo uso y por aquí han pasado pues diversas instituciones culturales hasta convertirse en cuartel.

Ahora que el edificio del antiguo mercado vuelve a su hora cero, cuando queda libre de habitáculos postizos en su interior, es el momento de ir pensando en la utilidad de futuro. Seguro que abrirá un debate; los vecinos hablan del centro social que no tienen los barros del centro; hay quienes piensan en el Museo de Pepe Caballero, exposición de pasos o incluso para campeonatos de papel.

Esperemos que el uso futuro satisfaga a todos como su restauración. Felicitémosno.

Detalle de la decoración en los hierros que la soportan.

Los distintos tirntes que mantienen la estructura.