Huelva

El Rocío, en la raíz de la fe de España

  • Los caballistas han finalizado el camino con el recibimiento de familiares y amigos en la plaza del Obradoiro

Los caballistas a su llegada a la plaza del Obradoiro.

Los caballistas a su llegada a la plaza del Obradoiro. / M. G. (Huelva)

La mañana ha amanecido soleada en Santiago de Compostela, donde están entrando ahora mismo más de mil peregrinos a diario. El jueves tuve la dicha de recibir a los Rocieros Caballistas de Huelva en el Monte del Gozo, a cuatro km y pico de la catedral compostelana. A los onubenses, Paco y Juan Antonio Zambrano y Carlos Quintero; al gaditano, José María Romero y al salmantino José Juan Carretero, además de los dos almonteños, a los que me refiero a continuación. En sus caras había signos de cansancio y alegría. Unos Vivas a la Reina de las Marismas fueron mis primeras palabras de bienvenida dirigidas a ellos, que correspondieron con emoción contenida a las puertas de San Marcos, desde donde se divisa a lo lejos la fábrica de la catedral compostelana.

El lance triste de la muerte repentina de Lince, la tarde anterior, el caballo del almonteño Pedro Domínguez, parecía superado. La providencia del camino le ha permitido sustituirlo en las dos etapas finales por Macarena, una yegua cedida por unos de los cientos de seguidores que ha concitado su página en Facebook, con más de 6.000 seguidores. Porque como nos escribió Juan Ramón, utilizando como metáfora las orejas de Platero, la vida, en todos sus momentos y acontecimientos lleva unida las alegrías a las penas y, he aquí, el trance más difícil que han tenido que superar.

Desde el espléndido Centro Ecuestre del Monte del Gozo han partido ayer, a primerísima hora. No en vano, antes de las 9:00 de la mañana tenían que entrar en la plaza del Obradoiro por el casco urbano de la ciudad. La entrada la han hecho por una de sus partes más modernas que se estira hacia al norte y después por el barrio de San Lázaro, circunvalando el centro para entrar por la calle que preside la fachada del convento de San Francisco de Valdediós, fundado por el propio San Francisco de Asís.

Abría el cortejo al llegar a la plaza, María Márquez, la hija del otro almonteño que ha hecho el camino, también llamado Pedro, al son del tamboril. Todo era expectación en las calles de Santiago. Aquellos del terruño que hemos tenido el privilegio de estar aguardando su llegada, teníamos los bellos como escarpias, mientras se entonaban sevillanas y plegarias a la Virgen. Emocionante ha sido escuchar los cascos de los caballos herir el granito de la plaza del Obradoiro. Nos hemos imaginado por un momento, cuánto hubiera disfrutado Pérez Lugín, el novelista gallego que inmortalizó el Santiago estudiantil de comienzos del siglo XX en La Casa de la Troya(1915). Y el que participó en aquellas romerías del Rocío de comienzos de los años 20, antes de que la muerte lo sorprendiera escribiendo su obra La Virgen del Rocío ya entró en Triana, que hubo de concluir años después, el aracenense José Andrés Vázquez (1929). Y su gran amigo Manuel Siurot Rodríguez, el rociero más universal de todos los tiempos. Aquel que nos sentenció aquella frase que bien pudiera resumir la gesta de estos valientes encabezados : “por la Reina de las Marismas, todo”.

Reunión entre el arzobispo, el presidente de la Hermandad Matriz y los caballistas Reunión entre el arzobispo, el presidente de la Hermandad Matriz y los caballistas

Reunión entre el arzobispo, el presidente de la Hermandad Matriz y los caballistas / M.G.

El grupo de caballistas han entrado en la plaza pasadas las 8:30, donde les aguadaban un numeroso grupo de rocieros, muchos venidos desde Huelva, Sanlúcar la Mayor, Umbrete, Chiclana, Sevilla, Málaga, Badajoz, Almonte y otros muchos lugares. Y entre ellos, cinco miembros de la Junta Directiva de la Hermandad Matriz que encabezaba el que suscribe estas líneas, en medio de la emoción contenida, mientras se retransmitía, un día más, en directo, por las redes sociales. Delante de la inconmensurable fachada del Obradoiro, labrada en piedra de granito que desafía la gravedad y la belleza, el padre Omist ha realizado una oración. Y aquí se ha concluido este derroche de amor a la Virgen con una Salve cantada a pulmón que ha concluido con los vivas, estentóreos y emocionados, Carlos Quintero, el presidente de la nueva Asociación de Amigos del Camino de Rocío a Santiago.

A las 10:30 de ayer estaba previsto un encuentro con el arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, que acaba de presentar su renuncia, tras veintinueve años al frente de la Iglesia Compostelana, para detallarle el proyecto del Camino del Rocío a Santiago. El empeño último que ha movido a estos grandes devotos de la Virgen y que ha concitado el apoyo de la Hermandad Matriz y de las hermandades de Huelva y Emigrantes a una iniciativa sin precedentes en la historia rociera. Y mañana está previsto participar en la Misa del Peregrino de las 7:30 en la catedral, que será concelebrada por el padre Omist y participada por el grupo. Dos mil estampas conmemorativas de este acontecimiento se van a repartir en Santiago de Compostela, más otras 1.000 que se repartirán el sábado en la parroquia de la Asunción de Almonte, al celebrar la Sabatina del mes de agosto.

Como presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, doy gracias a Dios, a la Virgen del Rocío y al Patrón de España por el éxito de lo que podemos considerar la primera piedra de este camino, en el lugar donde está la raíz cristiana de España.

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